Como se esperaba en simultáneo con la firma del acuerdo de Intercambio de Información con Estados Unidos, se anunció un nuevo blanqueo. Actualmente, rige uno destinado a la construcción que ha sido prácticamente un fracaso. ¿Qué se sabe hasta ahora? ¿Qué relación tiene con el acuerdo?
Miércoles 7 de diciembre de 2022, Mg. Yanina S. Lojo
Como se había anunciado el lunes se firmó un nuevo Acuerdo de Intercambio de Información con Estados Unidos. Mientras que la Embajada de dicho país le bajó el tono y lo orientó principalmente a obtener información sobre cuentas de ciudadanos particulares que pudiera haber en entidades financieras específicas en nuestro país – si leyó bien -, desde Economía trataron de resaltar la importancia e informaron sobre la presentación de un proyecto de Ley de blanqueo que se buscará tratar en extraordinarias.
¿De qué se trata el acuerdo?
Como hablamos en el artículo del lunes (Ver artículo Intercambio de información con Estados Unidos, ¿se viene un nuevo blanqueo?) debido a que en 2010 los Estados Unidos suscribió una ley sobre el Cumplimiento Fiscal relativa a las Cuentas en el Extranjero (FATCA), muchos países se han visto en la necesidad de firmar este tipo de acuerdos conocidos como IGA para garantizar la bilateralidad en el intercambio de información.
¿Cuál es el objetivo de Estados Unidos al celebrar estos acuerdos?
La IRS – el equivalente a la AFIP -, busca de esta manera detectar cuentas en el exterior que los ciudadanos norteamericanos pudieran tener no declaradas. Más allá de prevenir la evasión, en general, todo este tipo de medidas tienen trasfondo asociado con actividades delictivas que preocupan mucho a Washington.
¿Qué tipo de información se va a intercambiar?
Argentina informó que el intercambio que comenzaría a funcionar en septiembre de 2023 sería correspondiente a periodos fiscales anteriores. Según se dio a conocer Estados Unidos brindaría datos desde 2018 sobre cuentas que hayan abierto individuos, no sólo como personas sino como partes de sociedades o trust, inclusive dejaron trascender que se podrían rastrear los movimientos. Se brindarían datos sobre los saldos de cuentas, utilidades, intereses y rentas. Si la cuenta pertenece a una sociedad que recibe transferencias como pago por el alquiler de una propiedad será informado a la AFIP. También se dijo que no habrá monto mínimo para el intercambio de información.
¿Por qué la aclaración? Porque en general los Estados Unidos no suele brindar datos sobre cuentas con valores inferiores a los USD 50.000. Por otro lado, en general ante una investigación puntual la información que suele intercambiar está asociada a la cuenta donde los beneficios cobrados durante el periodo solicitado sean superiores a los USD 10.- Tampoco se suele dar datos sobre periodos anteriores a la firma del acuerdo. Lo normal sería que de entrar en vigor el 1 de enero, la información que se entregue en septiembre de 2023 corresponda a 2022.
Por otro lado, como se mencionó en el artículo antes mencionado Estados Unidos ha celebrado más de 100 acuerdos IGA y, sin embargo, debido a las altas exigencias técnicas no han podido ponerse operativos y funcionan sólo ante pedidos puntuales de información. Los requisitos de seguridad informática que exige la IRS son muy altos y en general, es muy difícil cumplir con los estándares impuestos.
El nuevo blanqueo
En simultáneo con la firma del acuerdo, Massa anunció que enviará al Congreso para tratar en extraordinarias un proyecto de Ley de Blanqueo. El mismo constará de tres etapas donde la alícuota del impuesto asociado se irá incrementando. Es decir, la penalidad a medida que se acerque al final del periodo será mayor. ¿Cuándo finalizaría el blanqueo? En septiembre de 2023 cuando se supone se empezaría a recibir la información desde el país del norte. Para poner en marcha el Acuerdo de Intercambio no es necesario pasar por el Congreso, pero si para que el blanqueo comience a funcionar.
El blanqueo aprobado en 2017 permitía un margen de un 1% de bienes o cuentas sin declarar para los contribuyentes que se ampararan en dicho beneficio. Si se detectara que alguna persona que se hubiera acogido a dicha Ley no cumplió con el margen, el blanqueo se caería y se podrían aplicar las penalidades correspondientes a la evasión fiscal.
Desde agosto de este año, se encuentra vigente el blanqueo de capitales orientado a la construcción. En el marco de la Ley de Incentivos a la Construcción Federal Argentina y Acceso a la vivienda aquellas personas que poseían moneda extranjera y se comprometían a invertir en el sector inmobiliario y de la construcción dentro de un plazo establecido podían ingresar las tenencias a cambio del pago de una alícuota. (Ver artículo Nuevo Blanqueo de Capitales). Al momento, este beneficio no ha tenido mucho éxito, lo cual hace dudar sobre las posibilidades de una nueva ley de este tipo.
Lo que podría llevar a algunas personas – físicas o jurídicas -, a ingresar a este tipo de modalidad es la necesidad de pagar importaciones ante la falta de dólares y la constante negativa por parte del Estado de aprobar las Licencias.
Otras consideraciones
Aquellas personas que hubieran abierto una cuenta en 2022, y que no hubieran incumplido con la normativa cambiaria vigente, no tendrían mayores inconvenientes porque podrían declarar la cuenta en su Declaración Jurada Anual de Ganancias y Bienes Personales y de esa manera, estarían dentro del marco de la ley sin necesidad de acogerse a ningún tipo de blanqueo.
Aún no se sabe el detalle del proyecto de Ley para el blanqueo, pero en su momento se habría dejado trascender que serviría para que aquellos importadores que pudieran tener dólares debajo del colchón pudieran, pagando una tasa, ingresarlos al sistema financiero y de esa manera, poder pagar sus operaciones. Habrá que esperar y ver qué termina resolviendo el ministerio de economía al respecto.
Lo que, si queda claro, como ya hemos mencionado es que, aunque el ministro de economía intente remarcar que lo importante es castigar con todo el peso de la Ley a aquellos que hubieran evadido, cada vez que se aprueban este tipo de medidas el mensaje que recibe la gente es el opuesto. Hay que luchar firmemente contra la evasión y la elusión fiscal. Pero no puede dar lo mismo, y menos en el mundo actual que vivimos, que la plata venga de una actividad cuyos orígenes son sospechosos que, si los fondos que se blanquean vienen de una actividad comercial licita donde lo que se buscó fue pagar menos impuestos o no pagarlos. El blanqueo no diferencia, y ahí radica en parte el problema.
También hay que brindar seguridad jurídica. Muchos argentinos optan por abrir cuentas en Estados Unidos – que, aunque en algunos aspectos tiene leyes más laxas, no es un paraíso fiscal -, por la inseguridad que sienten de dejar su dinero en los bancos argentinos por toda la historia que tenemos y por la mala administración pública que se observa de parte de los gobernantes. La Argentina tuvo un corralito, se pesificaron los depósitos en dólares, hubo canje compulsivo de depósitos a bonos, y así podemos seguir. En ese contexto, las opciones para algunos son pocas: ¿el dólar debajo del colchón o afuera? En el colchón se corre el riesgo que ingresen a robar en las casas y se pierda todo. No siempre el que lleva la plata afuera lo hace para evadir un impuesto, sino que termina cayendo en la evasión porque la normativa cambiaria es tan compleja que teme que al declararlo lo obliguen a repatriarlo.
Hay que combatir el lavado de dinero, la evasión y la elusión. Lo que hay que preguntarse seriamente es: ¿un blanqueo persigue ese objetivo o solamente trata de atraer dólares? Y si es así, ¿qué pasa con los delincuentes de guante blanco? A esos … a esos los dejamos tranquilos por el momento.
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