Ayer se llevó adelante una nueva licitación de deuda en pesos. Se logró renovar los vencimientos y obtener financiamiento extra, pero las tasas demandadas fueron las segunda más altas hasta el momento, los instrumentos que más se tomaron fueron los ajustados por inflación, y salvo un porcentaje muy chico, el horizonte fue a muy corto plazo.
Jueves 16 de febrero de 2023, Mg. Yanina S. Lojo
En el día de ayer el ministerio de economía logró renovar vencimientos por unos $ 294.398 millones y obtuvo financiamiento adicional por unos $ 107.282 millones, el resultado es un 136% de renovación. De esta manera en lo que va de 2023, se obtuvieron unos $ 326.282 millones. Si bien, la noticia fue una bocanada de aire fresco para Economía, preocupa la tasa, los instrumentos y los plazos.
¿Qué ofertas se recibieron?
El gobierno recibió un total de 1.565, por un valor nominal de unos $636.834 millones. El problema fue la tasa demanda. El mercado pide cada vez tasas más altas, por ejemplo, para una Letra de Descuento con vencimiento en mayo se paga una TEA del 118,2%. La segunda más alta al momento, debido a que en noviembre se pagó una TEA del 118,3%.
El monto nominal adjudicado fue de unos $326.282 millones, que representan un valor efectivo de $401.680 millones.
¿Qué instrumentos se colocaron?
Se colocaron instrumentos indexados por CER en un 53%, a tasa fija (38%) y a tasa variable (9%). Fueron en total cuatro títulos los que conformaron la oferta: LELITE ofrecida a los Fondos Comunes de Inversión con una TNA del 69%; Letra a Descuento (S31Y3) con una TNA 87,21%; una letra ajustable por CER (X16J3) con un interés de 5,24% por encima de la inflación; bonos en pesos atados a tasa BADLAR (TB27P) cuya tasa de interés se ubicó en el 48,97%. Los primeros 3 instrumentos forman parte del programa para Formadores de Mercado que hoy podrán sumar fondos, por hasta unos $67.202,8 millones, en una segunda rueda.
A las entidades financieras, se les ofreció un bono ajustado a BADLAR que les permite incluir en los encajes de las cajas de ahorro, las cuentas corrientes y los plazos fijos. Esta colocación nos muestra que más de la mitad de los tenedores buscaron posicionarse en un instrumento que ajusta por inflación. Es el caso de la letra que ajusta por CER, lo cual representa un gran inconveniente más teniendo en cuenta que en su mayoría tienen un vencimiento en el corto plazo. ¿Qué nos dice esto? Que el mercado tiene excedentes en pesos, y que el motivo por el cual aún está dispuesto a prestarle al Estado, es porque desea obtener un rendimiento que le permita cubrirse de la inflación, que esperan se mantenga alta, más después del número de enero. Es importante señalar que el hecho de que la inflación de enero haya sido del 6% no es menor, dejó un piso alto para febrero y marzo, estacionalmente, suele ser un mes con grandes ajustes en los precios.
¿Qué pasó con los vencimientos?
El 91% de los instrumentos colocados vencen en 2023 mientras que sólo el 9% tienen vencimiento en 2027.
Las LELITE tienen vencimiento el 28 de febrero de 2023,
la Letra a Descuento (S31Y3) vence el 31 de mayo de 2023,
Letra ajustable por CER (X16J3) con vencimiento el 16 de junio del 2023,
Bono en Pesos atados a tasa BADLAR con vencimiento el 23 de noviembre de 2027
¿Cuándo es la próxima fecha clave?
Si bien hoy se hará el llamado para los Formadores de Mercado – es decir, Bancos y las Sociedades de Bolsas -, la próxima fecha clave es el 24 de febrero. En este caso, los vencimientos suman unos $192.000 millones.
Según lo acordado con el Fondo Monetario Internacional, el gobierno necesita durante 2023 un roll over de la deuda por un piso del 150%. El problema se genera por la expansión monetaria. Las estimaciones hacen prever que de lograrse un roll over del 100% se generaría expansión de no menos de $4 mil millones, lo cual representaría un 2,5% del PBI adicionales.
¿Hacia dónde vamos?
Es claro que, por el momento, el gobierno logrará continuar con esta política de renovación de los vencimientos siempre que ofrezca tasas altas e instrumentos de corto plazo. Si uno analiza los instrumentos que fueron más aceptados son aquellos que tienen vencimientos antes de las PASO.
Cuando fue la última licitación del mes de enero, hablamos de la importancia de las licitaciones del mes de febrero (ver “¿A dónde va la deuda?”) como bisagra hacia el resto del año. ¿Por qué? Porque hasta ahora el mercado había estado dispuesto a prestar a tasas altas y a muy corto plazo, y el gobierno necesitaba quebrar la barrera temporal de las elecciones. Esto no fue posible en esta licitación.
El 91% de la colocación vence antes de agosto de 2023. Por el momento, los inversores siguen estando dispuestos a colocar sus excedentes en pesos sólo hasta antes de las elecciones, para poder garantizarse una cobertura ante un escenario de inestabilidad cambiaria y alta inflación, a la espera de ver qué sucede y cómo se proyectan los resultados del primer round electoral a nivel nacional. Por ello, mientras el gobierno siga ofreciendo instrumentos a corto plazo y con tasas que cubran las expectativas de inflación no se encontraran con problemas para rollear la deuda.
La gran pregunta es: ¿Qué pasará con los vencimientos de julio, agosto y septiembre? Porque, aunque la mayoría de las tenencias están en manos del sector público, si el sector privado decide no renovar, y se dolariza la cartera podríamos tener un salto en los diferentes tipos de cambio que tenemos en nuestro país justo en el peor momento. Eso en lo inmediato. En 2024, la historia será otra. Pero para ello, aún falta que corra mucha agua por debajo del puente como decían las abuelas.
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