El Banco Central completó la colocación del BOPREAL con la completa adjudicación de la serie 3 después de casi seis meses. La pregunta que queda flotando es: ¿y ahora qué? ¿Cómo continuará la cuestión de la deuda con proveedores? ¿Y por utilidades y dividendos?
Viernes 24 de mayo de 2024, Mg. Yanina S. Lojo
Comenzó tímidamente en diciembre, en un contexto de muchas dudas e incertidumbres, a medida que fue avanzando el tiempo ganó impulso – en especial con la serie 2 -, y luego cayó fuertemente la demanda. En ese momento, el Banco Central habilitó nuevos participantes, pero después de casi seis meses se logro colocar la totalidad del BOPREAL. Sin embargo, no se ha solucionado el problema de la deuda. Quedan aún muchas empresas con grandes saldos, que no pudieron suscribir y que esperan a que la Autoridad Monetaria hagan algún anuncio, sino deberán volcarse al mercado financiero.
BOPREAL Serie 3 y su muy larga licitación
Después de una rápida colocación de la Serie 2 – en solo dos semanas -, la licitación de la última serie demoró trece semanas para lograr la completa adjudicación y hubo que hacer varias incorporaciones acerca de quienes podían participar.
La emisión total de esta serie fue de USD 3.000 millones, y sumaba junto con las dos anteriores totalizaban unos USD 10.000 millones.
Fuente: Elaboración propia con datos del BCRA
En el caso de la última licitación, según informó el Banco Central ofertas por USD 30.8 millones por deuda por importaciones y USD 60,1 millones para el pago de dividendos. Dado que solo quedaban disponibles USD 60 millones, la adjudicación de los bonos se prorrateo lo demandando entre los participantes.
Mientras que la serie 2 se agotó rápidamente, la serie 3 fue resistida en particular porque el tipo de cambio implícito en la operación quedaba por encima de lo que operaba el mercado financiero. Cuando se ofreció la serie 1, uno de los mayores beneficios fue que las empresas que suscribían podían hacerlo sin pagar impuesto país. Y además pueden solicitar la devolución de lo abonado como pago a cuenta en el despacho mediante un mecanismo establecido por la AFIP. Esto había vuelto al bono muy tentador.
La Serie 2 al ser con un vencimiento corto y comenzar a amortizar capital desde agosto en dólares, se colocó rápidamente. Pero la serie 3 no sólo tenía un vencimiento más largo – no tanto como la serie 1 -, sino que también el tipo de cambio resultante de la realización de toda la operación quedaba muy alto en relación con el que se negociaba en el mercado financiero.
Ante la caída de la demanda lo primero que hizo el BCRA fue permitir que quienes no poseían la DJDI pudieran suscribir el bono. Muchas empresas no habían podido o habían por error omitido declarar alguna operación y al no contar con la Declaración Jurada no podían participar en las licitaciones.
Finalmente, permitió que aquellas firmas que desde 2019 no podían girar al exterior utilidades y/o dividendos como también no residentes que habían cobrado en pesos en este periodo y deseaban remitir los fondos al exterior, podían participar. Esto fue lo que hizo repuntar las licitaciones de las últimas semanas.
Se colocó la totalidad de las series, pero el tema de la deuda no ha sido completamente resultó. ¿Qué queda?
La deuda declarada y lo ya canalizado
A finales de enero la autoridad monetaria informó que tras el empadronamiento la deuda por importación de bienes registradas hasta el 12 de diciembre de 2023 y por importación de servicios prestados y/o devengados a la misma fecha totalizaba unos USD 57.800 millones. Sin embargo, cuando se descontaba lo efectivamente pagado sin acceso al mercado por USD 8.500 millones, la deuda real sería USD 42.600 millones.
Una vez que se conocieron los datos el Banco Central autorizó a las empresas Mi PyME que habían declarado deuda por un monto igual o inferior a USD 500.000 pudieran desde el 10 de febrero en un esquema de tres etapas ir accediendo al Mercado Único y Libre de Cambios para cancelar la deuda sin tener que suscribir BOPREAL.
Según informó el BCRA el último dato que se conoce es que accedieron al Mercado Único y Libre de cambios unas 6.500 empresas por un valor de USD 450 millones. Hace ya semanas que no se conoce cuánto se ha canalizado bajo este mecanismo.
En relación con la deuda por dividendos, no se conocía el total pendiente de cancelar y tampoco se sabe con exactitud cuánto se adjudicó puesto que la semana pasada el BCRA no informó cuánto fue por deuda por importaciones y cuánto fue por dividendos.
Pero lo que queda más que claro es que aún hay deuda pendiente de cancelar. Muchos podrán decir que, en algunos casos, ya gran porción de la deuda ha sido canalizadas a través del mercado financiero a través de diferentes mecanismos: contado con liquidación o cesión de deuda. Otros han llegado a acuerdos con los proveedores. Pero también hay muchas firmas que aún esperan que se habilite algún mecanismo adicional.
También hay una realidad: falta liquidez. Muchas empresas, aunque querían participar no tenían los fondos disponibles. El salto en el tipo de cambio junto con la suba de la alícuota del Impuesto País hizo muy difícil reunir los fondos para pagar las operaciones en un contexto de caída de las ventas.
¿Y ahora qué?
Esa es la pregunta que las empresas se hacen. Porque no ha habido anuncios sobre nuevas emisiones de BOPREAL, tampoco de flexibilizaciones para pago de la deuda por importaciones de bienes y servicios hasta el 12.12.23 ni para utilidades ni dividendos que están atrapados.
Aquellos que poseen deuda por importaciones, y que no son PyMES con un saldo inferior o igual a USD 500.000, por ahora no tienen muchas más opciones que recurrir al mercado financiero. Y ahí empiezan las complicaciones porque si han suscripto BOPREAL o ingresado al MULC para pago de flujo en los últimos meses, deberán esperar para poder hacer CCL dado que siguen vigentes las restricciones relacionas con el “parking” para operar en el mercado financiero. Recordemos que se deben considerar los plazos de 90 o 180 días para operar en el MULC si se operó en el mercado financiero y viceversa.
Además, las empresas que quieran hacerlo deben contar con una cuenta propia en el exterior, ya que la posibilidad de girar el producto de la venta de un instrumento financiero directamente solo esta autorizado para operaciones que se realizan con BOPREAL. Y la apertura de las cuentas no está sencilla, en particular si el importador no opera como una persona jurídica sino como persona física. Debe cumplir numerosos requisitos y eso demora la gestión. Mientras tanto el proveedor en el exterior sigue reclamando el pago.
La opción de la cesión de deuda fue una herramienta muy utilizada en estos últimos meses dado que no restringe el acceso al MULC y no requiere que la empresa posea cuenta en el exterior. Pero se rige por el tipo de cambio del mercado financiero y esta semana el este ha comenzado a subir lo cual encarece también las operaciones.
Mientras que muchos piden que se flexibilicen las condiciones de acceso para las operaciones nuevas, otros piden que se brinden nuevas herramientas o se den accesos para terminar de canalizar la deuda. Por el momento, el BCRA solo ha informado que “se viene logrando reducir significativamente las deudas pendientes con el exterior por medio de un instrumento novedoso que permite, a su vez, absorber una cantidad importante de pesos en circulación, contribuyendo a la reducción de la generación endógena de dinero”. Pero no ha indicado si habrá nuevas herramientas.
¿La apertura del cepo nos permitirá pagar la deuda? Nadie lo sabe. Si nos basamos en el comportamiento que ha tenido hasta ahora el Banco Central no hay nada que nos indique que cualquier flexibilización por el momento tienda a aplicarse hacia atrás. Si vemos las últimas medidas que tomó la Autoridad Monetaria siempre han sido para operaciones nuevas, y no para atrás. Sin embargo, siempre puede sorprender. La realidad es que las reservas siguen en terapia intensiva, y hay obligaciones que cumplir. Tampoco hay fecha para salir del cepo. ¿Y si eso sucede a fin de año? ¿Pueden las empresas esperar hasta entonces?
Al momento, son muchas las preguntas. No hay aún respuestas. Hay que reconocer que desde el punto de partida inicial se ha hecho lo mejor posible con las escazas reservas que había y el enorme volumen de deuda que heredó la actual administración. No hay dudas que para muchas firmas es insuficiente. Para otras, ha sido el salvavidas que necesitaban – aún a un costo mucho mayor del esperado -, para continuar funcionando. Queda muchísimo por mejorar, y por solucionar. En este momento, información sobre cómo seguirá la cuestión sería clave para reducir la incertidumbre y ordenar las expectativas.
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