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Presupuesto no es igual a Plan

Actualizado: 22 sept 2022

El jueves por la noche ingresó en el congreso el presupuesto 2023. Economía tiene la necesidad de que no suceda lo mismo que en 2021. El presupuesto no es un plan, pero nos da algunas pautas de lo que el gobierno proyecta para nuestro futuro.

Lunes 19 de septiembre 2022, Mg. Yanina S. Lojo


Con la presentación del anteproyecto de Presupuesto 2023, el Ministerio de Economía dejó sentadas las bases de lo que espera con relación a las principales variables económicas para el próximo año. A la vez, establece cómo se distribuirán los ingresos del Estado, en función de las prioridades que se fijen para el próximo ejercicio fiscal. En 2021, el Congreso rechazó el presupuesto, pero se espera que las negociaciones entre los bloques este año no terminen en el mismo resultado.

A continuación, un resumen de los datos más relevantes.


El dólar


Se establece que el tipo de cambio para diciembre de 2023 se ubicaría en $223,50 (una variación con respecto a la cotización actual del 50%) El desglose del tipo de cambio a diciembre indica que a fines de 2022 el valor de la divisa oficial sería de $149,70.- (la variación sería 49,3% con respecto a diciembre de 2023) El dólar valdría $310.- y $407,90.- en diciembre de 2024 y 2025, respectivamente.

Cuesta imaginar que con un valor de $149 a septiembre de 2022, para diciembre el valor del dólar oficial solo aumente $0,70 dado el bajo nivel de reservas que posee el BCRA y la necesidad de insumos importados que poseen los industriales argentinos. Salvo que la decisión del gobierno sea cerrar las importaciones y ponerle candado a las reservas de acá a fin de año, cuesta creer que la proyección sea real.

Con relación al dólar turista, vemos que la recaudación esperada por el conocido impuesto país se espera que crezca menos del 25% durante 2023. Esto podría hacer suponer que se espera que las operaciones que se cursan a través de este tipo de cambio caigan fuertemente, si lo comparamos con la inflación proyectada. En parte la caída puede estar asociada a la limitación establecida por el BCRA para la compra de dólar ahorro por parte de los beneficiarios del subsidio energético. Pero como bien indicó la vocera de presidencia, es probable que esta semana haya novedades sobre el tipo de cambio.


Importaciones y Exportaciones


Si había esperanzas de que a medida que 2023 se acercara, el canal de las importaciones se abriera con la presentación del presupuesto, esto se fue al tacho. El proyecto presentado plantea una caída de las importaciones con relación a 2022, que ya se estiman un 34% menores que en 2021 aún con el aumento de precios de la energía.

La situación de la industria es muy complicada, y con este proyecto, el año que viene sería aún peor. Es posible imaginar que las restricciones que se prorrogaron hasta fin de año se mantengan durante 2023. El problema vendrá de la mano de las posibles paradas de producción y suspensiones por falta de insumos. ¿Cómo va a enfrentar el problema el gobierno? Cada vez son más los industriales que alzan la voz. Cuando comiencen a suspender a los empleados: ¿qué reacción tendrán los sindicatos?

Con relación a las exportaciones el crecimiento que se muestra se encuentra por debajo del proyectado para 2022, dejando el nivel de superávit comercial en un nivel inferior al estimado para el corriente año.


Inflación


La proyección de inflación para el ejercicio 2023 es del 50%, mientras que las expectativas recogidas por el BCRA se ubican muy por encima de ese valor. De cumplirse el objetivo de Economía, implicaría una reducción del 7% al 2,5% a nivel mensual. Cabe señalar que el piso de la inflación para septiembre es del 6%. Bajar de un 7% a un 2,5% mensual es muy difícil - o más bien utópico-, más si faltan dólares y las importaciones están cerradas.

La baja de la inflación continuaría según lo presentado al 44% y el 33% para 2024 y 2025 respectivamente. Cuesta mucho imaginar que en menos de dos años con una inflación de tres dígitos y sin plan de estabilización se logre reducir a la mitad o menos la inflación. ¿Se podría lograr? Si, pero requeriría de un enorme esfuerzo fiscal, un plan de estabilización, una reforma monetaria y un compromiso político. Nada de eso parece estar en el horizonte actual de la Argentina.


Reservas y financiamiento


En principio, se plantea una menor asistencia del Tesoro al Banco Central, donde el gobierno se compromete a reducir el déficit fiscal del 2,5% al 1,9% del PBI. Pero lo sobresaliente es que el financiamiento del FMI será negativo por USD 4.000 millones por lo cual se deberá recurrir a otras fuentes para financiarse. Ya sea a través de otros organismos de crédito como también al canje de deuda voluntario. Se buscará mantener siempre una oferta de tasas positivas fomentando a que los tenedores de deuda acepten tomar instrumentos de deuda con mayores plazos. La estimación de financiamiento por parte del sector privado es de un 2,7% del PBI.

Otro aspecto interesante es que se plantea la renegociación del acuerdo con el Club de París y un nuevo programa de pagos.

Se deja traslucir que los esfuerzos del gobierno estarán orientados en tratar de aumentar las reservas, lo cual, al tener que afrontar un alto volumen de pagos hace que el programa del gobierno se vuelva de bastante difícil implementación. Cualquier desvío hará caer el castillo de naipes.


Gasto Público en año electoral


Para no tener que reducir aún más el gasto - se plantea un recorte del déficit primario del 2,8% al 2% del PBI -, en las vísperas de las elecciones el gobierno deberá buscar nuevas fuentes de financiamiento. En particular, si quiere cumplir con el objetivo de destinar más de un billón de pesos al pago de planes sociales - un 117,2% más que en 2022 -, por encima de la inflación estimada por el BCRA para 2022 y para 2023.


Primeras conclusiones


Tras una primera lectura del presupuesto, porque el análisis de éste es un proceso que lleva un desglose importante, podemos concluir que hay muchos puntos que hacen ruido. Las expectativas de inflación y de tipo de cambio con el bajo nivel de reservas actuales parecen muy lejos de la realidad. Si el gobierno hubiera planteado un plan de estabilización, quizás sería más fácil de creer que se podría alcanzar las metas. El delicado equilibrio que se necesita puede quebrarse fácilmente, en particular en lo que respecta al financiamiento del gasto público para poder cumplir con las metas del FMI, en el contexto de un año electoral, y con una inflación cercana a los tres dígitos en 2022.

Más allá de todo el análisis económico que se pueda hacer, el primer desafío que tendrá el ministro de economía será lograr que este presupuesto sea aprobado en el Congreso. El proyecto que se presenta es de una economía estancada o recesiva, con un dólar y una inflación por las nubes, y con altísimo endeudamiento. ¿Los diputados y senadores estarán dispuestos a aceptarlo? En vistas de un posible cambio de gobierno, ¿qué legado querrán dejarle las diferentes fuerzas políticas al próximo gobierno sea de la bandera política que sea?




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