La primera etapa del Programa Incremento Exportador orientada al sector sojero termina la semana próxima y no se extendería. Ayer trascendió que podría haber un nuevo dólar especial para tratar de ayudar a las Reservas. Al mismo tiempo, se impondrían nuevas restricciones.
Jueves 25 de mayo de 2023, Mg. Yanina S. Lojo
El Programa Incremento Exportador termina su primera etapa, conocida como el dólar soja, el próximo miércoles y Economía necesitará encontrar una nueva fuente de ingresos de dólares para tratar de reforzar las arcas de un Banco Central que sigue imponiendo restricciones a las importaciones.
El dólar soja y las reservas
En la última jornada de la semana, el dólar agro aportó unos USD 333 millones, de los cuales el Banco Central pudo hacerse de unos USD 111 millones. De esta manera, logró el saldo positivo más alto de mayo, haciendo que el acumulado mensual se ubique en USD 307 millones. Nuevamente, las reservas brutas se mantienen por debajo de los USD 33.000 millones de dólares.
El programa orientado al sector sojero acumula liquidaciones por unos USD 3.500 millones aproximadamente, lejos quedó el objetivo de unos USD 5.000 millones. La cuenta más importante es la siguiente con la versión de septiembre el Banco Central logró retener unos USD 4.966 millones, en la de diciembre unos USD 2.326 millones, pero con la que comenzó en abril solo se logró retener unos USD 600 millones, aunque el programa duró más de un mes, como las versiones anteriores. Si hacemos una cuenta rápida, la tasa de retención estaría por debajo del 20% - estos números pueden variar dependiendo los valores que se tomen -, mostrando el altísimo costo que tuvo esta nueva edición que continuará hasta agosto para las economías regionales.
Desde Economía descartan la posibilidad de que se alargue el Programa y que por el momento se anuncie una nueva versión. ¿Por qué? En primer lugar, el Fondo Monetario pidió que no se utilicen más estás alternativas. Lo más probable es que estén pesando dos factores: la sequía y la caída del precio internacional de la soja. Los exportadores hoy cuentan con un menor volumen para poder liquidar y ante la caída del valor a nivel internacional ¿Cuál sería el valor del dólar diferenciado que debería ofrecer Hacienda para atraer a los productores? Se cree que uno de los factores que también habría influido fue la corrida del mes de abril, que hizo que los $300 terminaran siendo muy poco atractivos.
Más restricciones, ahora a las petroleras
El sector demandó en una sola jornada unos USD 110 millones, y generó que el volumen operado se incrementará un 147% con respecto a la anterior junto con el adelantamiento de las operaciones como consecuencia del feriado largo.
Pero ayer la Agencia de noticias Bloomberg dejó trascender que el presidente del Banco Central y la secretaria de Energía se habría reunido con las principales empresas petroleras que ante la difícil situación de las reservas de nuestro país se les restringiría el pago de las importaciones por unos 90 días.
Según la agencia de noticias, Pesce y Royon se habrían reunido con representantes de Raizen, Axion, YPF y Trafigura, aunque no logró comentarios de ninguna de las partes. Pero de confirmarse la medida, el sector tendrá que recurrir a financiamiento en el exterior para poder realizar pagos antes del plazo.
Es importante remarcar que el combustible en nuestro país aumenta mensualmente sólo un 4% sus precios al consumidor, mientras que la inflación lo duplica. Como toda medida restrictiva puede traer problemas que terminen afectando a toda la cadena productiva de nuestro país.
El problema de los fletes
Con las modificaciones de la normativa cambiara de las últimas semanas, nos encontramos con que cada vez son más las navieras que deciden suspender el cobro de los fletes internacionales y gastos locales en Argentina. ¿Por qué? Porque no sólo se requiere la tramitación de una SIRASE para el pago de los fletes al exterior, sino que en caso de empresas vinculadas, deberán esperar al menos 90 días de la aprobación de la misma para proceder con el pago.
Los pocos agentes de carga que aún continúan aceptando pagos en nuestro país informan a sus clientes que no realizarán la facturación definitiva hasta que puedan pagar, y que todos los pagos se hagan serán considerados a cuenta y sólo al momento en que efectivamente puedan pagar al exterior, se entregará la liquidación final.
Los consumidores viven en la incertidumbre y el caos. Aquellos cuyos proveedores de servicio ya le informaron que no podrán pagar las cargas que tienen navegando, no saben cómo solucionar el problema porque tramitar una SIRASE para pagar un flete marítimo puede demorar dos meses en ser aprobada. Y quizás el buque llega en 10 días y sin el pago, el importador no tendrá el libre deuda para poder retirar el BL y hacerse de la mercadería. Aquellos que están gestionando una compra, deben solicitarle al proveedor que le venda incluyendo el flete y esto genera otro problema: si después de meses conseguiste una SIRA aprobada puede que ahora no te sirva.
Todo esto tiene un impacto no sólo en costos, sino en tiempos y en la industria nacional para la producción como para la exportación. Si los buques tienen problemas para venir, entonces habrá menos para poder sacar las cargas al exterior de nuestras empresas, lo cual impactará claramente en el costo.
La minería pide su propio dólar especial
Como en su momento lo hizo el sector PyME, el minero está solicitando un tipo de cambio diferenciado para dos productos principalmente: el cobre y el litio. Según explicaron esta semana fuentes del sector a un medio de comunicación con perfil económico, los costos en dólares se han incrementado y el un tipo de cambio atrasado, hace que pierdan competitividad determinados proyectado. Y a la vez complica el futuro de este mercado, pero ¿se podrá hacer algo? ¿Hay margen para continuar ofreciendo tipos de cambio diferenciados con un costo elevadísimo? Se estima que lo liquidado hasta ahora por el sector sojero implicó una emisión $390.000 millones.
Ofertas que complican
Como hemos mencionado en otras oportunidades, ofrecer tipos de cambios diferenciados genera grandes inconvenientes, el primero es el de la emisión: al comprar dólares caros y venderlos baratos, se necesita emitir para poder enfrentar el desfasaje, lo cual termina impulsando la inflación. Por otro lado, genera un problema de sabana corta: los exportadores adelantan liquidaciones para aprovechar la medida y después generan un bache. Tenemos dólares hoy, mañana no.
Finalmente, generamos problemas con otros sectores. ¿Por qué? Porque empiezan a pedir las mismas condiciones y el mismo trato. Y es lógico, todos queremos que se nos den los mismos beneficios.
Como suponíamos cuando se presentó esta versión nueva del dólar soja, no resolvió el problema de fondo de las reservas de nuestro país. Necesitamos un volumen de dólares que deben llegar de otro modo. ¿Quizás no fue la mejor decisión el programa de recompra de deuda utilizando los escasos dólares que teníamos? ¿Quizás no fue la mejor decisión intervenir el mercado financiero usando reservas? ¿Quizás hubiera sido mejor un sinceramiento del tipo de cambio hace unos meses atrás, después de la edición del dólar soja de septiembre cuando las arcas del BCRA estaban más robustas? Hoy todo parece más claro, y en su momento se planifico pensando la economía de otra manera. Pero la también quizás se tomaron decisiones confiando demasiado en determinadas variables y no se planificó para los peores escenarios. Hay cosas que son muy difícil de prever, pero si se pueden planificar medidas para responder si las cosas no suceden como se espera. Hoy pareciera que esa parte, quedo en borrador.
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