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Mercosur y EFTA firman un acuerdo clave: impacto y proyecciones para Argentina

El Mercosur selló un tratado de libre comercio con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA). El acuerdo abarca un mercado de 300 millones de personas y un PBI conjunto de más de 4,3 billones de dólares.

Miércoles 17 de septiembre de 2025, Mg. Yanina S. Lojo


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Ayer se confirmó mediante la firma un nuevo acuerdo de libre comercio entre el Mercosur con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), conformada por Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein. No se trata de un hito menor, ya que representa un mercado que abarca 300 millones de personas y un PBI conjunto de más de 4,3 billones de dólares.


Para nuestro país esto abre nuevas oportunidades de exportación, facilita la importación de tecnología y bienes de capital, y a la vez plantea el desafío de competir bajo estándares internacionales más exigentes.


Una alianza de peso en el comercio global


El Mercosur y la EFTA concretaron un tratado histórico que consolida una de las zonas de libre comercio más relevantes a nivel internacional. Los países europeos que integran la EFTA, si bien no pertenecen a la Unión Europea, se caracterizan por su alto ingreso per cápita, estabilidad macroeconómica y fuerte inserción en cadenas globales de valor. Para el bloque sudamericano, el acuerdo representa un paso estratégico en la búsqueda de diversificación comercial y apertura hacia mercados exigentes.


¿Qué es EFTA y cuál es su relevancia?


La EFTA (European Free Trade Association) está compuesta por cuatro países europeos: Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein. No son miembros de la Unión Europea, pero mantienen acuerdos comerciales amplios con múltiples países y bloques, lo que les permite operar con gran flexibilidad comercial.


Para dimensionar la importancia de este bloque es importante tener presente algunos datos. En conjunto, la población del bloque se encuentra en las 15 millones de personas con un PBI nominal de unos USD 1.3 billones, pero el dato varía según el mecanismo de medición. Sin embargo, no hay dudas, se trata de un bloque con un alto nivel de ingresos per cápita. Esto implica consumidores con un alto poder adquisitivo pero también muy exigentes en calidad, estándares sanitarios, ambientales, regulaciones técnicas, propiedad intelectual.


Dimensiones del tratado


El pacto prevé la eliminación progresiva de aranceles en más del 97% de las exportaciones bilaterales. También abarca servicios, inversiones, propiedad intelectual, compras públicas, medidas sanitarias y fitosanitarias, reglas de origen, competencia y compromisos en desarrollo sostenible.


De esta forma, el acuerdo no solo se limita al comercio de bienes, sino que establece un marco moderno que integra múltiples dimensiones del intercambio económico, promoviendo mayor certidumbre y previsibilidad para las empresas.


Oportunidades para exportadores argentinos


Para los exportadores nacionales, el acceso preferencial a mercados de la EFTA es una oportunidad significativa. Productos agroindustriales como carnes, vinos, frutas frescas y alimentos procesados podrán ganar competitividad en países con gran poder adquisitivo.


Asimismo, se abre la puerta a los servicios basados en conocimiento, al turismo y a sectores industriales que puedan adaptarse a las exigencias técnicas y ambientales. El cumplimiento de estándares elevados en trazabilidad, sostenibilidad y calidad será clave para que las empresas argentinas puedan insertarse y consolidarse en estos mercados.


Beneficios y riesgos para los importadores


Los importadores locales se beneficiarán con el ingreso de maquinaria, tecnología e insumos de la EFTA a precios más competitivos, lo que permitirá reducir costos, modernizar procesos productivos y elevar la productividad.


El riesgo principal radica en la presión que esta apertura puede generar sobre sectores industriales menos competitivos, que podrían enfrentar dificultades para sostener su participación en el mercado interno frente a productos europeos de alta calidad y precios más accesibles.


El potencial económico del acuerdo


El tratado crea una plataforma de comercio que integra a 300 millones de personas y un PBI conjunto de más de 4,3 billones de dólares. Para Argentina, incluso incrementos modestos en la participación en este mercado podrían traducirse en importantes ingresos adicionales por exportaciones.


Además, la certidumbre normativa y el acceso a mercados sofisticados pueden convertirse en un factor de atracción para la inversión extranjera directa, especialmente de empresas que vean en el país una base para producir y exportar hacia toda la región.


Desafíos para Argentina


La plena vigencia del tratado dependerá de la ratificación en cada país firmante. Más allá de este requisito formal, Argentina enfrenta el desafío de modernizar su infraestructura logística y aduanera, fortalecer la capacidad de certificación y garantizar políticas de apoyo a las PyMEs para que no queden relegadas.


Otro punto crítico será la transición fiscal: la reducción de aranceles implica menor recaudación por derechos de importación, lo que deberá compensarse con un aumento del dinamismo económico y la ampliación de la base impositiva.


El acuerdo Mercosur-EFTA constituye un hito para la inserción internacional de Argentina. Abre oportunidades de exportación hacia mercados de alto nivel de exigencia, permite modernizar el aparato productivo con importaciones más competitivas y puede atraer inversiones. Pero también impone la necesidad de una adaptación profunda en materia de estándares, infraestructura y políticas de competitividad para que el país logre aprovechar plenamente esta ventana de oportunidad.

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