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Los desafío a los que se enfrenta el sistema financiero de los Estados Unidos

Esta semana se conoció una decisión que habría tomado la “Federal Deposit Insurance Corporation” tras la quiebra del Silicon Valley Bank y del Signature Bank que sentaría un precedente en el sistema financiero. Pero el mayor desafío llega el 1 de junio, y la pregunta que sobrevuela es: ¿Estados Unidos podría caer en default?

Viernes 26 de mayo de 2023, Mg. Yanina S. Lojo


Desde el hemisferio norte llegan novedades en materia financiera, que requieren que nos tomemos un momento para pensar y reflexionar. Por un lado, la autoridad reguladora del sistema financiero pareciera haber decidido por primera vez que sea el sistema financiero quien enfrente los costos por las malas decisiones tomadas. Por otro lado, está la discusión sobre si el 1 de junio los Estados Unidos podría caer en default y las consecuencias que esto podría acarrear para todo el sistema financiero mundial.


Alguien tiene que afrontar el costo

Cuando cayeron el Sillicon Valley Bank y el Signature Bank, la “Federal Deposit Insurance Corporation" decidió hacer una “excepción de riesgo sistémico”. De esta manera, aseguró la totalidad de los depósitos más allá del tope total de unos USD 250.000 por cuenta que existía. En ese momento, se estimó que el costo del rescate se habría ubicado entorno a los USD 32.500 millones, pero luego se ajusto en unos USD 15.800 millones. ¿Cuál es la novedad? Que el ente regulador desea que sea el sistema bancario quien se haga cargo.


¿Cómo deberán afrontar el costo? Se habría invitado a las 113 entidades más representativas dentro del sistema financiero a realizar un aporte solidario de casi unos USD 16.000 millones para capitalizar los dos bancos en quiebra, que fueron rescatados con el “Fondos de garantía de depósitos”


La propuesta es que todos los Bancos que tengan activos por más de unos USD 50.000 millones afronten el 95% del costo total, mientras que los más pequeños queden exentos. Para que las entidades puedan afrontar el pago, este se dividiría en 8 cuotas trimestrales que comenzarían a pagarse desde 2024. Esto es algo novedoso en la economía norteamericana y diferente a lo que sucedió durante la crisis de 2008 y probablemente responda a cuestiones vinculadas con el contexto: alto nivel de déficit fiscal, el problema de la inflación y el tema del endeudamiento. Esto nos lleva al hablar del fantasma que desde los últimos días sobrevuela la economía mundial: ¿Podría Estados Unidos caer en default?


Una advertencia de larga data


Desde hace ya un tiempo la Secretaría del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen, viene advirtiendo que el 1º de junio los Estados Unidos puede quedarse sin efectivo si el Congreso no eleva o elimina el techo a la deuda. En otras palabras, podrían entrar en default. ¿Por qué? Porque no sólo no poseerían dinero para pagar los sueldos de sus funcionarios ni de los empleados públicos, sino que tampoco podrían pagar los beneficios del Seguro Social, y tampoco podrían hacer frente a los pagos por interés, por ejemplo, a los tenedores de deuda, entre otra muchas situaciones que se presentarían.


¿Cómo se llegó a este punto?


Ya en enero se había alcanzado el límite y es por ello que, el Departamento del Tesoro decidió tomar una serie de medidas para evitar incumplimientos. Al no poder continuar tomando más dinero prestado, le ha estado solicitando al Congreso suba o elimine el límite de deuda que hoy se encuentra en casi unos USD 31.4 billones.


¿Sucedió alguna vez que se haya necesitado ampliar el techo?


Al menos unas 78 veces se ha ampliado o revisado desde 1960 el techo de la deuda. Entonces ¿Por qué surge el problema?


La política mete la cola


Como la decisión debe pasar por el Congreso previamente, esto implica que las fuerza políticas dominantes previamente negocien y acuerden sobre el tema. Los republicanos, que tras las últimas elecciones de medio termino, se quedaron con la mayoría en la Casa de Representantes han estado imponiendo condiciones para dar el visto bueno. Y las últimas negociaciones no han dado fruto. ¿Cuáles son sus pedidos? En particular, un fuerte recorte de los gastos y que se dé marcha atrás con cuestiones que son fundamentales para el actual presidente Biden – quien recordemos hace poco lanzo su reelección -, como la condonación de préstamos estudiantiles, créditos fiscales a la producción de energía sustentable, entre otros. Del lado de los republicanos, el ex presidente Trump, encabeza la resistencia.


¿Alguna vez Estados Unidos entró en default?


No, sería la primera vez. No es nueva la situación de crisis política, puesto que ya en otras oportunidades ambos partidos han negociado arduamente y han realizado concesiones para garantizar que los votos en el Congreso estén y la situación se revierta.


Durante esta semana, ante la falta de avance en las negociaciones, entidades como JP Morgan han hecho recomendaciones a sus clientes para que tomen posiciones de cobertura. Consideran que la posibilidad de que realmente se llegue al 1º de junio sin un acuerdo y que esto pueda traer aparejado no solo una crisis financiera de magnitud mundial – cuando aun muchos se están recuperando de los sucesos de marzo -, sino que podría provocar que los Estados Unidos caiga en la recesión y crezca el desempleo.

Como mencionamos antes, en al menos 78 oportunidades desde 1960 se estuvo en esta misma situación y en 3 se logró un acuerdo sobre el final. Es muy probable que esta vez no sea la excepción. O por lo menos eso queremos esperar.

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