Ayer por la mañana sin mediar anuncio el Banco Central ajusto el tipo de cambio y llevo adelante una devaluación superior al 20%. Esto no sólo afectará al comercio exterior, sino que ha tenido un significativo impacto en la economía. ¿Qué pasará con los precios? ¿Alcanzará?
Martes 15 de agosto de 2023, Mg. Yanina S. Lojo
El lunes sin mediar previo aviso, aunque en el mercado financiero se venía descontado la posibilidad, el BCRA llevó adelante un ajuste significativo del tipo de cambio oficial. La brecha entre este y los mercados financieros se redujo al 87%. Las dudas en el mercado se incrementan ¿será suficiente o quedará licuado en poco tiempo por precios? La suba de las tasas ¿es echar más leña al fuego? ¿Cómo harán los importadores? ¿Y los exportadores?
Una devaluación probablemente acordada
Es muy probable que la devaluación del tipo de cambio oficial apenas comenzó la jornada histórica estuviera acordada. No hubo un anuncio formal del BCRA, ni del Ministerio de Economía. Directamente, la pizarra donde se informa el valor de un momento a otro informó este nuevo valor. Solo se dijo que la intención de la autoridad monetaria era mantener este valor de acá a las elecciones de octubre. En otras palabras, abandona su política de crawling peg para fijar un tipo de cambio por los próximos dos meses.
El anuncio pocas horas después de la reunión del Directorio del FMI hace sospechar. El comunicado del organismo indica que el día 23 de agosto se reunirá para discutir la 5º y la 6º revisión en el marco del acuerdo del Servicio Ampliado del Fondo (EFF) de 30 meses, de manera tal que se pueda avanzar con los desembolsos pautados. ¿De qué se puede sospechar? Que en la negociación y a fin de destrabar la llegada de nuevos dólares, el equipo negociador había accedido a la devaluación del peso, probablemente pidiendo tiempo hasta después de las PASO para ejecutarla. Por eso la demora en la aprobación, querían ver que cumpliéramos. Por eso accederían a enviar unos USD 7.500 millones – aunque ahora se diga que quizás se envíe un monto superior -, porque nuestro país comenzó a hacer el ajuste que el Fondo pedía. Por eso el acuerdo no trascendió, sólo los lineamientos generales.
Las suspicacias se incrementan cuando desde el organismo señalan que “Valoramos las acciones de políticas recientes de las autoridades y el compromiso de salvaguardar la estabilidad, reconstruir las reservas y fortalecer el orden fiscal”.
La suba de las tasas de interés
En simultaneo el Banco Central anunció una suba de las tasas de referencias de 21 puntos porcentuales, llevando la TNA a 118%. ¿Qué significa esto? Que la Tasa Efectiva Anual se ubicará de ahora en adelante será del 209%.
El impacto de esta suba no sólo es en el nivel de la deuda del estado – teniendo en cuenta que esta tasa ajusta los intereses que pagan las LELIQ -, los rendimientos de los plazos fijos, sino todas las herramientas de financiamiento tanto para los particulares como para las empresas.
Recordemos que el gobierno se había comprometido con el FMI a mantener tasas positivas reales. Esto tienen como objetivo tratar de mantener atractivo el mercado de pesos para que la dolarización de carteras no sea tan brusca. Aunque en dado el contexto actual de incertidumbre cuesta imaginar.
La inflación y las consecuencias de esta decisión
La decisión de devaluar y subir las tasas de interés tiene un impacto directo en el mercado, más cuando no se ha hecho nada para estabilizar el resto de las variables macroeconómicas.
Ayer hubo una parálisis total del mercado, y los consumidores lo observaron: proveedores que informaban que las listas de precios no corrían más o no eran actualizadas, casas de electrodomésticos que ponían inoperativos los sitios web, o retiraban productos de la venta, toda la economía – en sus diferentes estratos -, se paralizó. Por ejemplo, se pararon ventas de inmuebles, también de automóviles.
La mayor incertidumbre que hay es si la medida será suficiente. Sin embargo, esto va a depender de la inflación, ¿por qué? Si ésta en los próximos dos meses se dispara, el Banco Central realizará nuevos ajustes. La mayoría de los economistas comienzan a hablar de valores de dos dígitos. El golpe más fuerte no se va a sentir en agosto, dado que el salto se produjo a mitad de mes, pero si en septiembre.
Los pagos a las importaciones completamente trabados
Desde la implementación del IMPUESTO PAÍS la cantidad de trabas para poder realizar giros al exterior se incrementaron y llevar adelante un giro se ha vuelto una epopeya.
Primero, los problemas técnicos para la implementación de este nuevo impuesto no sólo en la nacionalización sino al momento del pago, es decir, del acceso al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC). Una vez que los sistemas parecían listos, faltaban cargar las excepciones. La Cuenta Corriente Única de Comercio Exterior (CCUCE) comenzó a fallar, funcionando de manera intermitente o directamente no funcionando. Impidiendo que se pueda validar y por tanto registrar el pago.
El otro gran problema es la modificación de las fechas y los plazos. Ya unas semanas antes de la implementación del IMPUESTO PAÍS se empezó a observar que se empezaban a incrementar los casos de SIRA en estado SALIDA que no poseían los datos completos. Muchas eran las fechas y plazos iniciales. Se nacionalizaban las cargas y seguían sin completarse.
Al mismo tiempo algunas empresas que poseían sus pantallas guardadas del MOA – reingeniería de cuando habían nacionalizado y que poseían acceso al MULC cuando iban a validar la operación el sistema les arrojaba un mensaje de error donde les informa que la fecha de acceso no había llegado. Cuando las empresas volvían a revisar notaban que les habían corrido el acceso una semana o dos. En otros casos, directamente se habían borrado de las columnas los datos.
De esta manera, durante las últimas semanas el BCRA ha podido incrementar sus compras en el mercado e intervenir fuertemente en los mercados financieros porque los importadores no podían operar. El promedio de la semana pasada supera los USD 100 millones de dólares diarios de intervención. ¿Hasta cuándo podría continuar con las reservas tan golpeadas?
En este contexto, la devaluación de ayer fue un duro golpe. Muchos operadores que trajeron mercadería hacen quizás dos, tres o seis meses lo hicieron estimando costos con un tipo de cambio – obviamente tuvieron que disponer de la mercadería -, y ahora se encuentran no sólo con una devaluación de más de un 20% sino que le tienen que adicionar el IMPUESTO PAÍS. Porque, aunque la moneda se devaluó, la tributación no se modificó. Esto significa que al tipo de cambio mayorista de $350, se le deberá adicionar el 7,5% o el 30% dependiendo la posición arancelaria y en el caso de los servicios un 7,5% o un 25%.
Algunos operadores grandes podrían haber analizado las curvas de tasas implícitas del ROFEX y prever una devaluación en el corto plazo. Esto quizás hayan podido recurrir a mecanismos de cobertura y no los tomo tan por sorpresa. Pero la mayoría de las PYMES, no manejan estos instrumentos. Quizás los últimos días emplearon algún mecanismo más rudimentario para protegerse – suspensión de las cuentas corrientes o pagos con tarjeta de crédito -, pero en general, la medida los afectará durísimamente.
Imaginemos el caso de un importador que tenía acceso al MULC hace tres semanas y que mediante las diferentes trabas informales no pudo pagar. Hoy además de tener que luchar con su proveedor que le reclama el pago, tiene que pagar la operación entre un 30% y un 50% dependiendo la NCM. ¿Es viable trabajar así?
Pensemos en el caso de un insumo que es parte de un proceso productivo más largo, ¿cómo armar una política de costos seria que sea competitiva y que además no perjudique a los consumidores?
De acá a futuro ¿qué esperar? En primer lugar, aquellos que no tienen plazo ni fecha de acceso – ya se porque nunca se las completaron o porque se borraron los datos -, ¿cómo tienen certeza de cuál será el valor al que accederán al mercado para pagar si no saben cuándo serán? Y no es que no deseen irse al mercado financiero, no pueden. No es fácil pasar del dólar oficial al dólar financiero por el estricto cepo que existe hoy.
Por otro lado, ¿cómo estar seguros qué el tipo de cambio se mantendrá congelado de acá a octubre? ¿Y qué pasa con todos aquellos que tienen sus cargas en origen, que habían hecho un análisis de costos y ahora se encuentran con un cambio significativo en las variables? Habrá quien pueda decir que esta incertidumbre es parte de las reglas de juego del comercio exterior, incluso podrán decir: ¡Qué ganen menos! Lamentablemente, esos argumentos es parte de una visión miope de la economía y del funcionamiento del comercio exterior. Se necesita confianza y previsibilidad para garantizar un proceso competitivo que a la larga beneficia a los consumidores finales.
Los exportadores en off side
El viernes pasado el gobierno logró su objetivo de recaudar USD 2.000 millones a través del dólar agro, gracias al aumento del contravalor de $300 a $340. Con esta modificación del tipo de cambio, algunos podrían creer que es suficiente, pero según el sector a $350 el oficial sigue sin ser competitivo. Más allá de que no queda claro, al estar vigente el Programa Incremento Exportador, si se aplicara efectivamente los $350 o los $340.
Muchos se preguntaban si en septiembre se vendría un nuevo dólar soja, para tratar de obtener la liquidación de las aproximadamente 9 toneladas que disponen aún los productores. Pero, la realidad es que después de lo que sucedió ayer: ¿confiarán los exportadores en que no se los ofrecerá un tipo de cambio más alto momentáneo que luego quedará por debajo de un ajuste en el oficial? Pensemos que hoy el campo esta paralizado porque no hay precios ni para los productos ni para los insumos.
El futuro cada vez más complejo
La economía estaba en terapia intensiva y ayer la situación acaba de empeorar puesto que se llevó adelante una devaluación sin un plan. El resto de las variables macroeconómicas están complicadas, y no se ha presentado un plan para corregirlas. Una devaluación sin un plan tiende a licuarse en el mercado y por la ansiedad e incertidumbre de los actores económicos. Hoy el panorama es complicado, y dificulta la planificación. Octubre parece muy lejano y las posibilidades para el comercio exterior argentino cada vez más escazas.
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