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Baja permanente de retenciones y guiño al campo para reactivar la economía

En la inauguración oficial de la 137° Exposición Rural de Palermo, el presidente Javier Milei anunció una reducción permanente en las alícuotas de retenciones para productos agropecuarios clave. La medida busca incentivar la producción, fomentar las exportaciones y motorizar la recuperación económica a través del agro.

Lunes 28 de julio de 2025, Mg. Yanina S. Lojo


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Durante su discurso en La Rural, el presidente Javier Milei reiteró que el campo es "el corazón productivo del país" y, en ese marco, anunció una baja significativa de retenciones para productos agroindustriales estratégicos. A diferencia de otros momentos, esta vez el mensaje fue claro y estructurado: la reducción será permanente durante toda su gestión.


Los números del alivio fiscal


La medida incluye una rebaja escalonada en los derechos de exportación:


  • Maíz y sorgo: de 12 % a 9,5 %

  • Carne vacuna y aviar: de 6,75 % a 5 %

  • Girasol: de 7,5 % a 5,5 % (con posibilidad de llegar al 4 %)

  • Soja: de 33 % a 26 %

  • Subproductos de soja: de 31 % a 24,5 %

  • En el caso del trigo y la cebada la reducción vigente hasta marzo del 12% al 9,5% se volverá permanente.


En promedio, la rebaja representa una caída del 20 % en retenciones sobre granos y del 26 % en carnes, según estimaciones oficiales.


Recordemos que 1991 los derechos de exportación a la soja era del 3,5% pero en 2002 se llevó al 23,5% para finalmente elevarse nuevamente a la alicuota que se estaba tributando antes de los cambios.


Impacto esperado: más producción, más divisas


Con este alivio fiscal, el Gobierno apuesta a una reactivación del sector agroexportador. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, solo en el caso del maíz, la superficie sembrada podría crecer en unas 300.000 hectáreas (+17 %). A esto se suma una mayor capacidad de inversión por parte de los productores, al quedarse con una mayor porción del valor exportado.


Más producción implica más exportaciones, y con ello, un mayor ingreso de divisas para el país, en un contexto donde la estabilidad del tipo de cambio es clave.


Efecto multiplicador: el campo como motor de las economías regionales


El impacto no se limita al productor: al liberar flujo de caja, toda la cadena agroindustrial se beneficia.


  • Transporte: más carga significa más trabajo para camiones, talleres y logística rural.

  • Industria metalmecánica: más ventas de maquinaria, repuestos y equipos para el campo.

  • Biotecnología: mayor demanda de semillas, fitosanitarios y soluciones digitales.

  • Empleo directo e indirecto: desde cosechadores hasta profesionales técnicos, la inversión en el agro derrama en múltiples sectores.


Este efecto multiplicador es especialmente relevante para las economías del interior del país, que dependen en gran medida del dinamismo agroindustrial para sostener empleo y consumo local.


Más dólares, menor presión cambiaria


El agro es responsable del 57 % de las exportaciones de bienes de la Argentina. Si la medida logra expandir la producción y acelerar las ventas externas, eso podría traducirse en un aumento genuino del ingreso de divisas al Banco Central. El impacto trasciende al sector agropecuario: puede fortalecer el frente externo y dar aire a la macroeconomía.


Señal de estabilidad que incentiva la inversión


Uno de los aspectos más valorados del anuncio fue su carácter “permanente” durante la gestión actual. Esto reduce la percepción de riesgo regulatorio y permite planificar inversiones con mayor previsibilidad.


Los productores podrían animarse a financiar obras de mediano plazo como:

  • Construcción de silos propios

  • Inversión en sistemas de riego

  • Adopción de tecnología de precisión

  • Proyectos de agregado de valor y biorefinerías


La previsibilidad regulatoria, junto con tasas en baja y reglas de juego más claras, pueden funcionar como catalizador de nuevas inversiones privadas en el agro.


Costo fiscal acotado, retorno económico alto


Desde el punto de vista fiscal, el Gobierno calcula que la pérdida de recaudación por la baja de retenciones ronda los US$ 530 millones anuales. Esa cifra representa menos del 0,6 % del PBI, y podría compensarse rápidamente si se traduce en:


  • Aumento de exportaciones

  • Expansión del PBI agroindustrial

  • Mayor recaudación por otros tributos (IVA, Ganancias, etc.)


En síntesis: el costo fiscal es acotado y el beneficio económico puede ser exponencial si la medida logra destrabar el potencial productivo del sector.


El agro vuelve al centro de la agenda productiva


El anuncio en la Expo Rural no fue solo una declaración política: representa una apuesta clara por reactivar la economía real a partir del motor agroexportador. En un país donde el 70 % de las divisas provienen del agro, reducir la presión fiscal sobre el campo puede ser la llave para retomar la senda del crecimiento sostenible.


Resta ahora que el clima, los precios internacionales y la implementación acompañen. Pero el primer paso —dar señales claras al sector— ya está dado.

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