Dada la suba de las tasas de las Leliq, los bancos han acentuado un comportamiento inesperado: no quieren los pesos de sus clientes.
Lunes 8 de agosto de 2022 Mg. Yanina S. Lojo
Leyó correctamente estimado lector, los bancos no quieren sus pesos. Y esto tiene dos razones que trataremos de explicar de la manera más clara, y analizaremos su impacto en la economía real.
¿Cómo comienza la historia?
Todo comienza con la decisión del BCRA de subir las tasas de las Leliq. Con la última suba las Leliq pasaron a rendir una TNA del 60%. Pero ese es el rendimiento bruto. El rendimiento real ronda el 55%.
¿Dónde está el problema?
Por un lado, está el rendimiento que se obtiene por los depósitos a plazo: para un plazo fijo tradicional de hasta $ 10 millones, la TNA ofrecida es del 61%. En grandes números después de hacer las cuentas los bancos obtienen un rendimiento inferior al 2%. Esto hace que las entidades financieras no quieran fomentar las colocaciones. Lamentablemente, el público minorista no es fácil de controlar. Y esto se debe a las mismas herramientas que los bancos han generado en estos últimos años para atraer a los clientes: desde la comodidad de su casa y con solo un click cualquiera que tenga un excedente de dinero puede generar un plazo fijo.
En el caso de las empresas es más fácil para los bancos desalentar la colocación de fondos. Inclusive, ofrecen mejores tasas si el monto de dinero a colocar es más bajo que el deseado.
La semana pasada en el artículo titulado "El pequeño inversor. ¿A dónde va?" hablamos sobre los plazos fijos UVA. que son los más deseados por los inversores minoristas dado que ofrecen la tasa más alta del mercado. Los mismos representan un dolor de cabeza para los bancos. Para obtener la mejor tasa se requiere dejar el dinero al menos 90 días. Para el segmento mayorista, donde uno puede encontrar préstamos para capital de trabajo con un costo financiero real del 76,25%, dado que no hay obligación legal para su ofrecimiento, los plazos fijos UVA ni siquiera se mencionan.
Y de esta manera nos introducimos en el siguiente problema que tienen los bancos: no hay solicitud de créditos y menos con plazos de 90 días, lo que permitiría calzar las operaciones. Dada toda la situación de inestabilidad política-económica, los consumidores en general - mayoristas y minoristas -, han decidido postergar decisiones de endeudamiento hasta tener un panorama más claro.
¿Cuál es el impacto en la economía real?
Los bancos no prestan su capital, sino el de los ahorristas que colocan sus depósitos a plazo y obtienen su ganancia por la diferencia entre lo que les pagan a los ahorristas y lo que les cobran a aquellos que se endeudan.
Si los bancos dejan de captar dinero, obviamente van a dejar de prestarlo. En este caso, ellos aducen que están dejando de recibir dinero por una caída en la demanda de financiamiento. Y por ello, ponen trabas o condiciones para poder acceder a las colocaciones con mejores tasas.
Pero si una empresa o una persona se presenta a solicitar un préstamo, ¿lo entregarán fácilmente? O, dado el contexto político-económico, ¿Los banco también prefieren esperar y ver? La contracción del crédito es una manera de secar la plaza. Bajar la disponibilidad de pesos, y de esa manera, la demanda de productos. A la larga, eso generaría una recesión y una posible baja en la inflación. Pero en nuestro caso, hay tanta cantidad de pesos en el mercado que para ver ese efecto se necesitaría mucho tiempo, y tiempo es lo que no tenemos.
Por otro lado, el BCRA subió las tasas para hacer más atractivas las colocaciones en pesos, y de esa manera, desanimar a que aquellos que tengan un excedente a que recurran a la búsqueda de dólares. Si los bancos están desalentando los plazos fijos, están en cierta forma yendo en contra de esta medida. Pensemos lo siguiente: el verdadero volumen de pesos está en el segmento mayorista. Estos se ven desalentados a colocar su capital en los bancos , ya sea por la tasa baja que se les ofrece o porque no se les acepta el monto total de la colocación. A esto hay que sumarle que el gobierno mediante el cepo, por diferentes motivos, no le permite ingresar al dólar oficial para pagar sus obligaciones con el exterior. Entonces, la pregunta que tenemos que hacernos es: ¿A dónde recurrirán?.
Pongamos un ejemplo: una empresa cuenta con un excedente de $100 millones, pero la entidad financiera le ofrece solamente colocar $30 millones. ¿Qué debe hacer con los otros $70 millones? ¿Buscar otro banco para colocar quizás otra parte? ¿O directamente, y dado que quizás se le cerró la puerta al dólar oficial, ir al MEP o al CCL y operar para cubrirse?.
Entonces, a la larga vamos a ver que los tipos de cambio comienzan a subir. Si las diferentes cotizaciones suben, los precios también y tenemos más inflación.
Moraleja
La decisión de implementar medidas sueltas, sin un plan macroeconómico que coordine y abarque todas las aristas del problema que posee el país, traen como consecuencia que lo que se anuncia termina siendo insuficiente. Pensar que la inflación es un problema que se puede atacar sólo con suba de tasas o control de precios, es una mirada de corto plazo. Es el plan aguantemos. Generamos ruido, el ruido trae rumores, los rumores son insanos para el mercado, pero más para la economía en general. Y los problemas no se solucionan.
Así que estimado lector, aunque no lo pueda creer, el banco no quiere sus pesos, prefiere que se los quede usted. ¿Tan loca es la economía argentina?
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