En el día de ayer en un importante medio de comunicación con perfil económico se comenzó a hablar de algo que como un susurro se viene conversando entre los importadores. Un miedo que está latente y que nadie se anima a mencionarlo en voz alta para que vuelva realidad: ¿Qué puede pasar si ante la falta de dólares la SIRA con fecha cierta de pago, son rolleadas como la deuda?
Jueves 11 de mayo de 2023, Mg. Yanina S. Lojo
La semana pasada se conoció el volumen de deuda que acumula el BCRA con los importadores. USD14.000 millones. Este valor surge como consecuencia de la decisión tomada por el gobierno en el mes de octubre de implementar el SIRA y, de esa manera, forzar a los importadores a posdatar el pago de sus operaciones. Desde hace ya más de dos semanas se viene hablando de la posibilidad de que el FMI adelante los fondos que deberíamos recibir entre junio y septiembre de este año. Pero ¿será suficiente o vamos camino a que se re perfilen las SIRA?
La situación de las reservas
El Banco Central no logra que el Programa de Incremento Exportador – conocido como una nueva versión del dólar soja -, de los resultados previstos. Recordemos que el beneficio para el sector sojero estaría vigente hasta fin de este mes. Mientras que en las últimas tres ruedas logró comprar reservas, en los últimos 30 días la autoridad monetaria sólo se hizo de US$ 200 millones, menos del 10% de las divisas liquidadas desde la vigencia del nuevo tipo de cambio diferencial.
¿Por qué no está dando resultados esta nueva versión del dólar soja?
Hay quienes creen que en parte la demora en la cosecha por la sequía. Pero probablemente haya tenido mucho peso el incremento de la brecha cambiaria, las expectativas de devaluación y la aceleración de la inflación que se sintió fuerte en marzo y podría consolidarse este viernes. En un momento de mucha incertidumbre, todo el que tiene posibilidades de girar para pagar sus obligaciones está haciéndolo. Lo cual, hace que la tasa de retención sea muy baja.
Como consecuencia, el BCRA esta pudiendo retenes menos dólares que en los programas anteriores, en los cuales había podido captar el 65% (septiembre) y 74% (diciembre) de las divisas liquidadas. Desde el 10 de abril que se activó el Programa, este aportó unos USD 2.120 millones, por debajo de las ediciones previas (USD 3.000 millones en septiembre y USD 7.500 millones en diciembre).
La emisión que no para
Con la implementación del nuevo dólar soja, BCRA debe comprar los dólares de los exportadores a $300 mientras que los vende a un menor valor ($228). Esto debe sostenerse con emisión. Por ello, desde el 10 de abril se emitieron unos $ 600.000 millones para comprar dólar soja mientras que se han obtenido unos $ 400.000 millones por la venta de dólares en el mercado, lo que representa un tipo de cambio implícito de más de $ 1.000 por dólar retenido, según algunos consultores.
La ayuda desde afuera, ¿alcanzará?
Desde hace ya unas semanas, el ministerio de Economía negocia con el Fondo Monetario una revisión del programa y un adelanto de desembolsos, que podrían sumar más de US$ 10.000 millones. Al mismo tiempo, se intenta ampliar el SWAP con China y lograr un acuerdo con Brasil para financiar las operaciones, algo que aún no parece cercano de lograrse.
Sin embargo, los cálculos ya hablan de que las reservas netas internacionales serían negativas. ¿Por qué? Ayer las reservas brutas del BCRA cerraron entorno a los USD 33.000 millones y como destacamos anteriormente (Ver artículo “El problema de las expectativas”) Mientras que se detecta que, según la Consultora 1816, los pasivos en moneda extranjera son mayores que éstas. Por un lado, se encuentra el Swap con China que hoy estaría valuado en unos USD 18.811 millones, los encajes en dólares que se valorizan en unos USD 11.460 millones, la deuda con Organismos por unos USD 3.116 millones y el repo con SEDESA por unos USD 1.798 millones. Estas obligaciones representarían: USD 35.185 millones.
¿Qué significa que se reperfilen las SIRA?
Significaría que, llegado el momento de pagar, no hubiera reservas suficientes por lo que el Banco Central no tendría más opción que pedirles a los importadores que renegocien la deuda con sus proveedores.
¿Puede esto pasar? Pensemos lo siguiente: la deuda con el sector es cada vez mayor. La postergación de pagos ha logrado que la misma llegue a los USD 14.000 millones, casi el doble de lo acumulado en 2015 que rondaba los USD 7.500 millones. Y USD 4.000 millones más de lo que se calculaba en diciembre. Este sería el volumen más alto registrado durante un periodo de cepo cambiario, según algunos analistas.
El problema se sigue extendiendo porque hoy no sólo es la sequía que golpeo en el verano, sino que las perspectivas para la nueva campaña del trigo según las perspectivas publicadas por la Bolsa de Comercio de Rosario las intenciones de siembra estarían en un 50% por debajo de la campaña anterior. ¿Por qué? Sería el trigo más seco de los últimos 15 años.
Si las reservas netas ya son negativas por unos USD 1.000 millones, adelantos sin financiamiento adicional no será viable. Y es probable que hasta la posibilidad de lograr ese desembolso implique ciertas decisiones que el gobierno, en medio de una contienda electoral, no quiera tomar. En las primeras seis ruedas de mayo, la misma Consultora, estimó que se llevaron adelante ventas por unos USD 470 millones. Con una deuda con el sector privado de USD 14 mil millones, con pasivos de USD 35 mil millones: ¿USD 10.000 millones harán la diferencia? ¿La ampliación del SWAP? ¿Cuánto en realidad necesitamos los argentinos para poder honrar todas nuestras obligaciones? En un momento, se mencionó que hoy nuestro país necesitaría un préstamo por el mismo monto del que ya recibió, algo que se ve muy difícil de pensar.
En este contexto, la posibilidad de un dólar importador, de que cada vez sean mayores las trabas para pagar, pero para peor que en algún momento se tengan que renegociar las deudas privadas para no entrar en un default sea cada vez más realista.
El problema es que hoy son los importadores los que están poniendo la cara para que sus proveedores les financien, con la promesa de pagarles a 60 o 90 días o más. ¿Cómo podremos sostener la poca credibilidad que aún tenemos si se nos pidiera postergar los pagos? Hacer comercio exterior en la Argentina, ya no es una tarea difícil, es prácticamente una tarea para unos pocos osados.
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