El 1º de marzo en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, el presidente llamó a la firma de un acuerdo sobre la base de diez puntos. Finalmente, este 9 de julio se concretó ¿Tendrá un impacto en el comercio exterior?
Miércoles 9 de julio de 2024, Mg. Yanina S. Lojo
Hace meses atrás cuando el presidente dio su discurso ante el Congreso, sorprendió con el llamado a la firma del Pacto o Acta de Mayo. Se trataba de un acuerdo al que se convocaría a los gobernadores y que se firmaría el 25 de mayo en Córdoba. Con diez puntos que se consideran constituyen las Bases para la Reconstrucción de la Argentina.
Pero llegó el 25 de mayo y no fue posible realizar la firma. ¿Por qué? La Ley de Bases y el Paquete Fiscal aún estaban en el Congreso esperando su aprobación. Por ello, se decidió posponerlo y realizarlo en otra fecha patria: el 9 de julio, el día de la Independencia.
La pregunta que nos podemos hacer aquellos que estamos en comercio exterior es: ¿Tendrá algún impacto sobre el comercio exterior? Primero deberíamos recordar sobre que se acordará.
¿Cuáles son estos puntos?
Ese mismo día circulo cuales serían los puntos que comprendían este Acta que se proponía firmar:
La inviolabilidad de la propiedad privada;
El equilibrio fiscal innegociable;
La reducción del gasto públicos a niveles históricos, en torno al 25% del PBI;
Una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva simplifique la vida de los argentinos y promueva el comercio;
La rediscusión de la coparticipación federal de impuestos para terminar para siempre con el modelo extorsivo actual;
Un compromiso de las provincias de avanzar en la explotación de los recursos naturales del país;
Una reforma laboral moderna que promueva el trabajo formal
Una reforma provisional que le dé sustentabilidad al sistema respete a quienes aportaron y permita, a quienes prefieran, suscribirse a un sistema privado de jubilación;
Una reforma política estructural que modifique el sistema actual y vuelva a alinear los intereses de los representantes y los representados;
La apertura del comercio internacional, de manera que la Argentina vuelva a ser una protagonista del mercado global.
Sin embargo, a horas de su firma se difundieron nuevamente, y veremos que hay algunos cambios:
La inviolabilidad de la propiedad privada.
El equilibrio fiscal innegociable.
La reducción del gasto público a niveles históricos, en torno al 25% del Producto Bruto Interno.
Una educación inicial, primaria y secundaria útil y moderna, con alfabetización plena y sin abandono escolar.
Una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva simplifique la vida de los argentinos y promueva el comercio.
La rediscusión de la coparticipación federal de impuestos para terminar para siempre con el modelo extorsivo actual que padecen las provincias.
El compromiso de las provincias argentinas de avanzar en la explotación de los recursos naturales del país.
Una reforma laboral moderna que promueva el trabajo formal.
Una reforma previsional que le dé sostenibilidad al sistema y respete a quienes aportaron.
La apertura al comercio internacional, de manera que la Argentina vuelva a ser protagonista del mercado global.
Si no notaron la diferencia, se encuentra en la incorporación del punto 4: “Una educación inicial, primaria y secundaria útil y moderna, con alfabetización plena y sin abandono escolar.” Y la eliminación del punto 9 original: “Una reforma política estructural que modifique el sistema actual y vuelva a alinear los intereses de los representantes y los representados”. Además en el caso de la reforma previsional, ya no se indica la conformación de un sistema privado.
¿Qué impacto puede tener en el comercio exterior lo antes expuesto?
A diferencia de otras oportunidades el comercio internacional estuvo presente en el discurso del presidente y sigue muy presente. Más allá de que en cada oportunidad se recuerden – por ejemplo, en el adelanto del presupuesto -, las medidas implementadas para normalizar la situación después de un 2022 y un 2023 muy complejos.
No es solo lo que se hizo, y que era más que necesario, es hora de empezar a mirar hacia el futuro. Y probablemente lo más significativo haya sido que dentro del decálogo se incluyera la apertura del comercio internacional.
La normalización de la economía es clave
No se puede lograr una expansión de la Argentina al mundo sin antes lograr estabilidad local. Sin tener certezas y dar certidumbre. Reglas claras y que no cambien constantemente. Uno de los mayores problemas que tiene nuestra economía es que cada cuatro años cambia el rumbo. No es una leve corrección de algunos grados, sino un cambio de 180º. Y eso obviamente genera desconfianza y desalienta las inversiones. No solo extranjeras, sino también las locales.
Los industriales nacionales no saben si conviene o no iniciar un proceso de expansión de una línea de producción que no solo les permite crecer a nivel local, sino también pensar en la exportación si piensan que en cuatro años o menos, todo puede cambiar. La inestabilidad con la que hemos vivido nos lleva a este tipo de situaciones.
Para algunos el acuerdo suscripto a medianoche no tiene ningún valor, y para otros tendrá mucha significación. Pero la realidad es que solamente las señales claras de que el acuerdo se aplicará y se tomaran medidas en ese camino. Es decirle al mercado, no son cambios en el corto plazo. Es una decisión de todo el arco dirigente de encaminar la economía. Ese es el mayor desafío que tiene hoy el Pacto de Mayo, lograr transmitir que hay un cambio de época. Que realmente queremos crecer y que para eso debemos abrirnos al mundo. Conquistar nuevos mercados. Y para ello se necesita que la economía argentina llegue al siglo XXI: reforma tributaria, reforma laboral, reforma económica, reforma general. Un país realmente enfocado en el crecimiento, en el desarrollo y en mejorar en el largo plazo la calidad de vida de todos sus habitantes.
Obviamente que el equilibrio fiscal es clave, pero en algún momento la obra pública va a tener que reactivar. El país tiene un gran déficit en infraestructura y necesita avanzar para dar mayor conectividad y permitir la integración de las economías regionales, para que sus productos lleguen al mundo. Esta es una de las tantas medidas que se deberán implementar en el cortísimo plazo.
Formación de un Consejo y reducción tributaria
Según indicó el presidente, aunque sin dar muchas precisiones se formará el Consejo de Mayo. El mismo estará compuesto por representantes de la política, los empresarios, y los sindicatos para proponer medidas que implementen los puntos comprendidos en el acta.
Es importante señalar que solo 18 de los mandatarios provinciales firmaron el mismo. Hubiera sido ideal que todos participaran pensando en el mensaje que se quiere hacer llegar a los principales actores.
En relación con la reducción tributos, es algo que viene insistiendo el presidente desde hace tiempo y volvió a mencionar que el primer paso será a través del Impuesto País. Pero como ya hemos mencionado esto demorará por lo menos hasta agosto o septiembre, según informó el ministro de Economía.
¿Y qué pasa con el cepo? Ayer el primer mandatario respondió esa pregunta, indicando que solo será posible que se libere el mismo cuando se hayan dado tres condiciones: 1) Terminar con los pasivos remunerados; 2) Terminar con los PUTs; 3) Convergencia de la inflación con la de devaluación en un entorno cercano a cero mensual.
Apertura al mundo
Argentina ha mantenido una política económica muy cerrada, tanto en materia de importaciones como de exportaciones. Es imposible que la economía de un país crezca, se desarrolle, mejore y brinde oportunidades si está cerrada al mundo. Se necesita que las importaciones y las exportaciones crezcan para que se logre un crecimiento económico sostenido. Una economía pujante que coloca sus productos en el exterior necesita insumos y bienes que compra de otros países. Ninguna economía es capaz de autoabastecerse por completo. A mayor intercambio comercial mayores beneficios para todos los habitantes.
En este contexto, puede que muchos se pregunten por la situación del MERCOSUR, más después de la Cumbre de esta semana. El problema ya no es el estancamiento, de esta Unión Aduanera imperfecta, ni de que haya personas que crean que es mejor disolverlo y otras que piensen en profundizarlo. Sino que entre los Miembros no hay un criterio uniforme sobre hacia dónde ir. El norte debería ser la apertura comercial, celebrar la mayor cantidad de acuerdos comerciales para fomentar el libre comercio como sea posible. ¿Cuál fue el último acuerdo que logro cerrar el bloque? Cada vez que se reúne, se manifiesta abiertamente que se quiere integrar al mundo, pero después no se implementan acciones concretas.
¿Solo vamos por el acuerdo con la Unión Europea? Claramente sería el principal logro que podríamos alcanzar. Pero en el mientras tanto se deberían buscar acuerdos con otros países o bloques. El mundo es enorme, y el MERCOSUR puede y debe incorporarse como proveedor de este cuanto antes. Más allá de las diferentes ideologías que puedan coexistir, más allá de todo hoy la clave es llevar la mayor cantidad de productos al resto de los países del mundo para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. ¿Por qué no celebrar acuerdos con países de Asia?
Obviamente, que como bloque la negociación es más difícil y larga que cuando uno es un país. Se deben considerar una mayor cantidad de aspectos, pero eso no implica que no se lleve adelante.
Romper con viejos paradigmas
Los errores del pasado no tienen por qué repetirse y traducirse en sufrimiento para los argentinos. Por el contrario, si aprendemos de lo que hicimos mal podemos ser mejores. Es hora de soltar falsos paradigmas sobre el comercio exterior, y el daño que hacen a la industria nacional. A la industria nacional la hieren las políticas propias argentinas que le restan competitividad, que le ponen un corsé que no le permiten crecer, que generan grandes costos operativos.
Si liberamos el comercio, pero no mejoramos las leyes laborales, reducimos la presión impositiva, y desarrollamos un mercado de capitales que permita acceder a herramientas de financiamiento difícilmente se logre el objetivo.
Es hora de que se active el motor de la economía, y para ello, se generen las condiciones necesarias para potenciar a las empresas. No hay que tener temor a la apertura del comercio, sino a que no se tomen las políticas económicas necesarias para permitirle a las empresas e industrias argentinas ser competitivas. Hace unos meses atrás nos hicimos las siguientes preguntas: ante la propuesta ¿estaremos a la altura? ¿Podremos dejar atrás el siglo XX y llevar a la sociedad argentina al siglo XXI? Si las empresas crecen, si se explota la riqueza qué hay en el país, esto se traducirá en una mejor situación para todos los argentinos. ¿Podremos enfrentar el desafío?
En un día tan especial como el de hoy corresponde citar una frase “Recordemos a nuestro pueblo que la patria no es el suelo. Tenemos suelo hace tres siglos y solo tenemos patria desde 1810. La patria es la liberta, el orden, la riqueza, la civilización organizada en el suelo nativo bajo su enseña y su nombre”(Alberdi)
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