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Recompra de deuda externa

Ayer por la mañana el ministro de economía anunció que iba a proceder con la recompra de deuda externa por unos USD 1.000 millones. ¿De qué se trata? ¿Cuál es el objetivo?

Jueves 19 de enero de 2022, Mg. Yanina S. Lojo


El miércoles por la mañana arrancó movido el mercado luego de dos anuncios que se hicieron prácticamente en simultáneo. Por un lado, el ministro de economía anunció que iba a proceder con la compra de deuda externa. Por otro lado, el BCRA informó una suba de las tasas de interés.

Recompra de deuda


Después de varias jornadas donde el dólar libre no hacía más que subir, y las cotizaciones financieras estaban decididas a acompañarlo llegó el anuncio de Massa sobre la recompra de deuda externa por unos USD 1.000 millones. La oferta apunta a bonos globales, en pesos y dólares, de corto plazo. A valor nominal la operación puede terminar teniendo un costo de unos USD 2.500 millones, con un claro impacto en las reservas.


Según explicó el ministro se trata de un paso dentro de una “estrategia general de pasivos” que busca despejar el camino para que nuestro país pueda volver a tener financiamiento externo. La medida fue tomada sin necesidad de contar con la aprobación del Fondo Monetario Internacional, pero se lo notificó la noche anterior del anuncio. El mismo debió gestionarse con la mayor confidencialidad posible, debido a que es lo que exige la Comisión de Valores de los Estados Unidos.


La operación será gestionada a través del Banco Central, debido a que esto le da mayor capacidad de acción al gobierno nacional en la operación y le evita abrir una licitación con bancos internacionales.


El financiamiento de la operación procederá del ahorro que se espera se genere en la compra de energía, principalmente en el gas. Según explicaron desde Hacienda, en los próximos días se licitaría la compra de los barriles por un precio de unos USD 21.- Un valor muy inferior al presupuestado. Se había estimado comprar unos 36 barcos con un valor por barril de unos USD 55 el metro cubico. En enero, cuando se revisaron los números el valor había descendido a unos USD 38. Por ello, la decisión es licitar al valor primero mencionado generando un importante ahorro de gastos.


Suba de la tasa de interés


Prácticamente, en simultáneo, el BCRA anunciaba una suba de tasas. Desde ayer las tasas para las operaciones de pases pasivos a 1 (UNO) día hábil será de 72% y para las operaciones activas a 1 (UNO) día hábil será del 97%.


Para aquello que no están empapados en el tema, un pase pasivo es una operación entre el Banco Central y las entidades financieras. En la misma, el primero les vende y recompra a las segundas títulos, bonos o certificados de depósito. El objetivo es garantizar que los Bancos puedan cumplir con los requisitos de liquidez. Una operación activa, es aquella en donde el BCRA para evitar una situación de iliquidez transitoria que pueden sufrir las entidades financieras compra al contado y después vende títulos o bonos en pesos o dólares.


La medida sorprendió porque la realidad es que se esperaba que el Banco Central de cara c año de elecciones encarara un proceso de baja de tasas, en especial, para las Leliq. De esta manera, la tasa efectiva de los pases queda en 105,3% y las Leliq a 28 días en 107,3%.


De esta manera, se ha encarecido el financiamiento en el corto plazo y con una curva de tasas de interés positiva pero achatada, lo que tenemos es que se necesitará más emisión para afrontar un mayor pago de intereses.


El dólar, el principal motivo


Se podría decir que se intentó hacer una doble nelson al dólar luego de unas semanas muy calientes. Las dos medidas se complementan y buscan mostrar que aún hay poder de fuego para tratar de contener la brecha cambiaria.


Lo que se está buscando principalmente es contener a los dólares financieros que parecían estar escapándose de las manos. Ya las operaciones con las que el gobierno buscaba intervenir indirectamente no eran suficientes. Si bien estos subían de manera más lenta que el dólar libre, la brecha se estaba escapando. Y esto provocaría una mayor emisión monetaria con el consecuente impacto en la inflación.


En el corto plazo, se intenta volver más tentador tomar posiciones en pesos y de esa manera desincentivar las operaciones en los dólares financieros. Sin embargo, en el mediano plazo compromete aún más la situación del BCRA. Puesto que el mayor inconveniente es que para tratar de contener la brecha y de enviar el mensaje al mercado que se sostendrá el tipo de cambio, se está pagando un costo muy alto. Porque se recurrirá a las escazas reservas que se posee y que para obtenerla se pagó un precio alto, a través del dólar soja.


¿El problema? Por delante, tenemos la peor sequía en años y se espera que la cosecha registre los niveles más bajos de las últimas cinco campañas. En otras palabras, nos van a seguir faltando dólares. La deuda con los importadores crece, y los reclamos por falta de aprobación de SIRA también. Llegan los 90 días de la implementación del nuevo sistema y es de esperar que muchas SIRA observadas sean anuladas, o por lo menos eso decía la normativa, y deban volver a cargarse.


Desde Hacienda quisieron restarle importancia a la suba del dólar libre y trataron de focalizar de que el objetivo final está en que la Argentina pueda volver al mercado de deuda. Es algo que al FMI le resulta atractivo, ya que éste interviene como prestamista de última instancia. Sin embargo, para llegar a ese punto hay mucho camino por recorrer.


Por el momento, si la idea era calmar a los mercados financieros por una jornada hubo más tranquilidad porque tanto el CCL como el MEP retrocedieron. El dólar libre mostró una mayor respuesta al inicio de la jornada, pero después volvió a subir ubicándose en valores cercanos a los de la rueda anterior.


Si bien desde Economía descartan que esto tenga un impacto sobre las importaciones, la mayoría de los analistas miran con desconfianza y creen que la promesa de la llegada de otras fuentes de financiamiento en dólares para respaldar las operaciones de comercio exterior está aún muy lejos.


Como siempre queda esperar y ver cómo responde el mercado en las próximas dos ruedas. El riesgo país bajó y los bonos se dispararon. La respuesta del dólar en mi opinión fue tibia. Quizás hay que darle un poco de tiempo para que decida si quiere seguir subiendo o si encontró su nuevo techo. Seguramente, y aunque desde Economía nieguen que el dólar libre sea representativo, en la calle la suba de estos últimos días va a tener un impacto real en los bolsillos de todos los argentinos. Si la inflación este mes da 3, 4 o 5% probablemente no represente el fuerte golpe que la mayoría de nosotros sentiremos.


¿Y las PYMES? Siguen esperando que sus operaciones se aprueben y puedan seguir trabajando, mientras que los costos locales suben y ahora con un financiamiento, que no sólo es escaso, sino que además es más caro. Las PYMES viven un día más en la zozobra

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