Después de que el dólar libre superará ayer por momentos en la City los $422 muchos se preguntan ¿Qué está pasando? ¿Cuál es el valor? ¿Qué podemos esperar? ¿Subirá las tasas el BCRA? Pero lo más importante ¿por qué llegamos acá y qué va a pasar con la inflación?
Miércoles 19 de abril de 2023, Mg. Yanina S. Lojo
En el día de ayer el dólar libre llegó a cotizar en algunas pizarras por encima de los $420, lo que llevó a que alrededor de las 14 horas muchas entidades decidieran suspender las operaciones por no tener referencia en los precios. Ese fue el mensaje que se transmitió. Sin embargo, en el interior del país el valor del dólar libre superó los $425. Todo esto se dio en el contexto de la implementación del dólar agro que viene muy lento y que no estaría dando los resultados que se esperaban.
Las reservas, a paso lento
Desde que se implementó esta nueva versión del Programa de Incremento Exportador ayer fue uno de los días de más bajo nivel, lo que produjo que el Banco Central sólo pudiera comprar USD 1 millón. Se operaron en total unos USD 180 millones un valor muy bajo para el Mercado Único y Libre de Cambios. El saldo negativo de 2023 sigue en unos USD 3.000 millones aproximadamente.
Un lento aporte
A diferencia de otras ediciones, el nuevo tipo de cambio diferenciado ha aportado unos USD 998 millones desde que inicio. Apenas por encima de la versión de diciembre y muy por debajo de los USD 1.960 millones que brindo la de septiembre.
Esto no solo muestra la difícil situación del campo argentino, sino que la medida se esta volviendo poco efectiva para el sector sojera. Aún a un valor de $300, sigue recibiendo menos que sus competidores internacionales.
La liquidación del día de ayer fue prácticamente nula. ¿Por qué? Porque el nuevo tipo de cambio especial quedó muy retrasado con respecto al CCL. Si el dólar financiero cotiza $425,90, y el Banco Central ofrece $ 300, el exportador no va a liquidar si el productor no le vende, y con esta fuerte suba el productor se aferra al grano y el exportador cuida más su posición.
El dólar libre
Muchos se preguntan por qué el salto tan significativo. Pero cuando uno se pone a analizar el comportamiento del dólar ve que, normalmente ajusta mediante saltos. Luego retrocede un poco y se acomoda en un valor por un tiempo, generando una sensación de estabilidad cambiaria que se interrumpe nuevamente por un nuevo salto.
Ayer el dólar libre llego a tocar picos de $420, en el interior $425, y luego por falta de precios de referencia se dejó de operar lo cual hizo que este retrocediera a $418.
Hay quienes creen que hemos llegado al techo y otros, piensan que puede verse algún tipo de ajuste más esta semana. El comportamiento dependerá mucho de cómo maneje la situación el gobierno desde el control de los rumores y la intervención en los mercados financieros. También el resultado de la licitación del día de hoy tendrá un impacto significativo.
Los dólares financieros
El contado con liquidación y el dólar bolsa también respondieron. Habrá que ver si la decisión del ministerio de Economía de avanzar con el canje de deuda en dólares de los organismos públicos tiene un efecto sobre estos mercados, en particular después de que la Universidad de Buenos Aires diera el visto bueno sobre la consulta realizada por el ministro de Economía.
La cuestión es que muchos asesores empiezan a proyectar un tipo de cambio entorno a $500 y recomiendan a sus clientes dolarizar las carteras. La aceleración de la inflación, el anuncio de un tipo de cambio diferenciado – el dólar agro -, con la consecuente emisión que traerá y la debilidad de las reservas generan mucha incertidumbre.
A eso hay que sumarle la decisión de anunciar una renegociación con el Fondo Monetario del acuerdo vigente, así como la posible emisión de un nuevo bono en dólares por unos USD 1.200 millones respaldado por entidades financieras para tratar de reforzar las reservas.
La mayoría del mercado coincide que el dólar está atrasado, y que el Contado con Liquidación poco menos de $90 por debajo del valor de convertibilidad. Obviamente las cuentas difieren según que se considere, y de esa manera surgen, diferentes versione para el tipo de cambio de convertibilidad que va desde $450 hasta $512.
Se acelera la devaluación del dólar oficial
El Banco Central tomó nota del valor de la inflación y decidió acelerar el crawling peg. Por ello, decidió acelerar la suba del dólar oficial a un ritmo del 7,6% (tasa efectiva mensual) Tengamos en cuenta que, a principios de mes, el dólar mayorista se ubicaba en los $210 ayer cerraba en unos $216,94 mostrando una devaluación de $ 6,95, es decir, 3,25% en menos de 10 jornadas. Esto se debe a que abril tuvo al menos dos días en que no se operó. Aún le quedan 8 jornadas al mes, habrá que esperar cómo sigue evolucionando.
Sin embargo, la duda que queda es qué pasará con las tasas. Y si finalmente Pesce cederá y subirá la hoy TEA que se encuentra en el 6,6%. Hay quienes consideran que la suba de los dólares financieros es el resultado de tasas reales negativas más después de que se conociera el número del IPC de marzo.
La cuestión que surge es: ¿realmente subir la tasa de interés tendrá un efecto positivo o ya es nula la respuesta del mercado? Hoy hay licitación de deuda (Ver artículo “Se viene una nueva licitación de deuda, ¿cuál es el contexto?), y será vital para entender cómo seguirá la historia ver qué tasas se convalidan, así cómo los plazos y el tipo de instrumentos. A diferencia de lo que venía sucediendo, la mayor parte de los títulos que vencen están en manos del sector privado. Y durante los primeros días del mes se observó una salida masiva de los Fondos Comunes de Inversión (FCI) lo cual ya esta mostrando que la confianza del mercado está flaqueando.
Los Bancos extranjeros alertan sobre la inestabilidad
JP Morgan revisó sus pronósticos y aseguro que para 2023 el alza de los precios debería estar en valores cercanos al 115% interanual, y que hay un alto riesgo de que este valor pueda ser mayor.
También remarco que “los crecientes desequilibrios cambiarios y monetarios, los mayores controles a las importaciones y los desafíos fiscales y financieros en medios de una severa sequía, agregan presión alcista a ya de por sí una elevada inercia inflacionaria”
Por otro lado, Goldman Sachs consideró “la inflación argentina refleja los profundos desequilibrios de política macroestructural y el riesgo es alto de una más severa pérdida de control de los precios y del tipo de cambio”. A lo que suma, “La credibilidad de la política económica se mantiene débil, los intentos oficiales de contener los aumentos de precios fracasaron, la inercia inflacionaria aumentó y la alta inflación ahora está profundamente atrincherada y grabada en los mecanismos de formación de precios y salarios”
Morgan Stanley ya informó que esta ajustando al alza sus proyecciones de inflación para nuestro país, previendo que en 2023 el IPC finalizaría entorno al 120%. Y además agrego: “Las reservas de divisas son escasas. Sospechamos que se prefiere una actividad más débil a un ajuste único del tipo de cambio, especialmente cuando los incentivos cambiarios temporales podrían ayudar a enmascarar los desafíos asociados con la moneda aparentemente sobrevaluada”
Lo rumores de dolarización, ¿otro factor?
Durante todo el fin de semana se leyeron muchos informes sobre la situación de la Argentina y qué pasaría si se dolarizará la economía. Entre ellos el realizado por la consultora 1816. En el mismo, advierten que las reservas netas rondarían los USD 1.800 millones. Pero serían negativas por unos USD 6.000 millones si se toman las líquidas, al restarle los Derechos Especiales de Giro y el oro.
Según los cálculos que habrían realizado estimaría que con una base monetaria es de $ 5.400 millones como la actual, y con un dólar de referencia a $400 (se utilizó el valor del Contado con Liquidación antes de los movimientos de esta semana), la misma sería equivalente a unos USD 13.500 millones. Teniendo en cuenta que sólo se poseen unos USD 1.800 millones de reservas netas, para llevar adelante la dolarización nuestro país necesitaría conseguir unos USD 11.700 millones para poder rescatar la base.
Pero remarcaron de la consultora que el problema es la deuda. El pasivo del BCRA, incluyendo las LELIQ y los pases, que suman $ 12.500 millones, más del doble de la base. Entonces para hacer la recompra de la base y las LELIQ, con ese tipo de cambio de referencia se necesitarían unos USD 44.750 millones. Para rescatar lo antes mencionado usando sólo las reservas netas, el valor del peso sería desorbitado.
Justificar el salto del tipo de cambio ayer a los números que se publicaron sobre la posibilidad de una dolarización de la economía es insuficiente e irreal. El problema está en otro lado. Los mercados hace tiempo que descuentan una devaluación hacia finales del 2023 y, que el 2024 será más duro. Ante un posible ajuste del valor del peso, es lógico que aquellos que tienen la posibilidad tiendan a dolarizarse pero eso es independiente de los anuncios que se hacen hoy, cuando todavía no hay claridad electoral.
La inflación, ¿un disparador?
Hay quienes ven en el dato del INDEC del IPC de marzo disparó la suba de los dólares. Más cuando se tiene en cuenta las diferentes cotizaciones vienen atrasadas con respecto a la evolución de los precios. No solo en 2023 sino también en 2022. Y aunque después de las últimas subas logrará igualar o superar la inflación acumulada del 2023, todavía sigue atrasado con respecto a 2022. El dólar viene corriendo desde atrás y en algún momento deberá ajustar.
Pero ahora la suba de las cotizaciones genera un efecto obvio sobre los precios. Todo tenderá a subir. En otras palabras, la inflación se volverá a acelerar. Si desde Economía tenían esperanzas de que en abril el IPC mostrará alguna señal de mejora, la situación de ayer claramente las ha bajado o directamente eliminado.
La decisión de ofrecer un nuevo desdoblamiento dejó en claro que el gobierno continuará emitiendo, es por ello, que se esperará más inflación. En ese contexto, los precios se ajustarán al alza.
¿Por qué subió el dólar?
Los motivos que pueden explicar la suba de ayer son muchos, e intentar resumirlo en solo uno o reducirlo a cuestiones políticas sería solo ver una arista del problema.
Ayer por la tarde la cantidad de rumores que circularon y generaron ruido fueron miles. Algunos políticos, otros económicos. Desde renuncias varias hasta un pedido del FMI de unificación del tipo de cambio lo que implicaría una fuerte devaluación.
No queda un habitante en el suelo argentino que no sepa que hoy el peso que tiene en el bolsillo mañana valdrá menos, por lo que, su capacidad de compra se verá cada vez más disminuida. Lo que estamos viendo es la huida de la moneda argentina ya sea a mercadería o a cualquier otro tipo de activo. Por ejemplo: muchos inversores desarmaron su posición en Fondos Comunes de Inversión y se fueron al dólar financiero o al MERVAL. ¿A qué activos? Por ejemplo, aquellos vinculados con bienes exportables. ¿Por qué? Porque si se espera una devaluación, es claro que la posición de estos mejorará.
Pero el trasfondo de todo esto es la confianza. O la falta de ella. Cuando el mercado pierde la confianza en un activo o una inversión, no lo duda, lo abandona masivamente. Y eso es lo que está sucediendo con el peso. El mercado ve señales de alarma, y toma posiciones de resguardo.
Muchas veces se dice que el mercado no tiene sentimientos ni emociones. Y más allá que tiende a la racionalidad, el mercado responde a cómo se siente ante determinadas situaciones. Partamos de la base de que cualquier inversión se debe analizar previamente en función del nivel de aversión al riesgo que maneja el inversor. Y la aversión es una emoción. Que una persona acepte más riesgo que otra no responde a la racionalidad, sino que se mueve en el ámbito de los sentimientos.
Quizás lo que hace que se considere al mercado como insensible, es que se piensa que no tiene consideración en cuanto al impacto social de las decisiones que toma. Más allá de que muchos inversores son conscientes y tratan de mitigar el impacto de sus decisiones, y trabajan fuertemente desde una óptica de Responsabilidad Social, cuando lo hacen es porque asumen una función que no le es propia. Porque es el Estado quien debe cuidar por la sociedad. Cuando se toman decisiones pensando más en el costo político que en el costo social se está siendo más brutal que el mismo mercado. Por ejemplo, no devaluar por el impacto en la política, pero tomar medidas que generarán las mismas consecuencias es grave porque el daño para la sociedad se amplifica. Sufre hoy y sufrirá mañana cuando se tengan que tomar las medidas correctivas.
Muchas veces se tensa tanto la cuerda que el mercado no tiene más opción que hacer el trabajo sucio que muchas veces los que tienen que tomar la decisión no se animan a hacerlo. Es más fácil culpar "al mercado" genérico, intangible, a las empresas, a los formadores de precio o a cualquier otro que asumir la responsabilidad de las decisiones difíciles que pueden afectar a millones de personas.
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