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El futuro de las importaciones

Mientras vivimos una nueva escalada del dólar, los importadores empiezan a preocuparse del futuro de sus operaciones de comercio exterior. Los vencimientos de deuda comercial en diciembre empiezan a subir. ¿Qué va a pasar?

Jueves 24 de noviembre de 2022, Mg. Yanina S. Lojo


La situación cambiaria en cuestión de una semana pasó al centro de la escena. El exceso de pesos y la desconfianza de los inversores, entre otros factores, están provocando que las carteras se dolaricen. Las reservas siguen en terapia intensiva y en ese contexto el gobierno busca por todos lados hacerse de dólares porque sabe que el mes de diciembre no sólo será duro en el marco interno, sino que los vencimientos vinculados con las operaciones de comercio exterior podrían dejarlo fuera de juego.


Deudas comerciales postergadas


Las importaciones, en términos generales, demandan en promedio unos USD 7.000 millones por mes. El problema es que desde el mes de junio con la implementación del sistema de las categorías de SIMI muchas de las operaciones de importación se vieron obligadas a postergar el pago de su deuda por plazos que iban de 90 a 365 días. En diciembre comienzan a vencer muchas de los compromisos postergados por 180 días, por lo cual, por los próximos tres meses el BCRA deberá hacer frente a unos USD 9.000 millones.


Swap con China


Durante la reunión del G20 en Bali, el equipo económico le solicitó a China hacer una ampliación no del swap en si mismo sino de la disponibilidad de las divisas para el intercambio comercial a través del Banco Central Chino y nuestro Banco Central. ¿Qué significa? El swap que se posee actualmente es equivalente a USD 18.000 millones, y lo que se ha requerido es que se permita acceder a unos USD 5.000 millones con el objeto de que se puedan utilizar para el mercado de cambios. En otras palabras, se necesita que los USD 5.000 millones sean de libre disponibilidad – esto no se traduce en un aumento de reservas directamente -, sino que permitiría hacer frente al pago de las operaciones de comercio exterior. Dado el volumen de operaciones que hay entre ambos países, es muy probable que la respuesta sea afirmativa. Quedará saber el costo de esta operación y si será trasladado a los importadores.


¿Un swap con Brasil?


La noticia sorprendió ayer, el gobierno a través de su embajador estaría negociando un swap con Brasil por unos USD 10.000 millones para enero. Unos USD 3.500 millones estarían destinados a cubrir las operaciones con este país, mientras que los USD 6.500 millones restantes se utilizarían para reforzar las reservas.


Sequía de liquidaciones


Dada la gravedad de la situación en el campo, las proyecciones indicarían que no ingresaría más de USD 10.000 millones hasta marzo. Esto se debe a que las expectativas de cosecha se redujeron a más de la mitad. En ese contexto, gana cada vez más fuerza la necesidad de llevar adelante una nueva versión del dólar soja para tratar de atraer algo de los USD 9.500 millones que quedan aún en silobolsas. Pero las negociaciones están muy complicadas, en particular porque el sector agroindustrial quiere que el dólar soja no sea solo para este cultivo sino para todos los cultivos, y de esa manera, mejorar la situación de todo el sector en general. Siguen las discusiones en cuánto al valor que debería tener: el gobierno ofrece $215 y el sector privado pide $225 para poder liquidar USD 3.000 millones.


¿Qué pasa con los desembolsos del FMI?


Todo depende de la capacidad del gobierno de cumplir con las metas impuestas por este organismo. Por ejemplo, ha decidido reducir el objetivo de reservas para fin de año de USD 5.800 millones a USD 5.000 millones. Muchos analistas consideran que, si esta meta es difícil de cumplir, la de marzo (USD 5.500 millones) será realmente un desafío. Algunos de los cálculos aseguran que a un mes de cerrar el 2022 al BCRA le faltan USD 500 millones para llegar al número mágico. Por lo cual, tiene dos opciones: o aumenta las liquidaciones o restringe la salida de dólares. Los desembolsos del Fondo son más que necesarios para enfrentar los vencimientos de deuda con este mismo organismo.


¿Qué va a pasar con las importaciones?


Los trascendidos son varios, pero la mayoría van hacia la misma dirección, en algún momento del mes de diciembre el cepo a las importaciones se endurecerá aún más debido a que muchos importadores podrán comenzar a acceder a pagar sus operaciones bajo el régimen SIRA. Sin mencionar, que a medida que se obtengan las aprobaciones de éstas muchos importadores tratarán de usar el beneficio de los USD 50.000 para el pago anticipado, teniendo en cuenta que el 31/12/2022 se vencen y no quedarían disponibles para el año siguiente. Más allá de que para muchos es la única alternativa posible para que el proveedor autorice el embarque de la mercadería. A esto se le suma el pago de las deudas comerciales atrasadas.


Dado que las dos opciones que tiene el gobierno es aumentar las liquidaciones o ajustar más el cepo, es más que claro que intentará la primera, pero reforzará la segunda. Durante el primer mes del SIRA, según datos oficiales, se solicitaron autorizaciones para operaciones por USD 13.400 millones. Se trata de 130 mil solicitudes por parte de 15 mil contribuyentes.


Ante este difícil escenario es posible imaginar que a medida que se acerque el final del año 2022 y nos adentremos en el 2023, las importaciones se vean más limitadas. El resultado serán mayores faltantes y complicaciones en la provisión de productos. La oferta se irá contrayendo cada vez más. Si la demanda no cede la inflación será feroz. Si ésta cae, la recesión será una realidad. No hay muchas alternativas. La duda que todos tenemos es: ¿hasta cuándo se mantendrá el “parking” o las limitaciones para acceder al dólar MEP? Si levantarán esta restricción, muchos serían los importadores que preferirían ir a este mercado para pagar sus importaciones. Pero claro, la brecha será mayor, la inflación también y la presión cambiaria no se quedará atrás. Pero no avanzar en esta decisión tiene una consecuencia: el sacrificio de las PYMES. ¿La decisión es esa? ¿El cordero a ofrendar para no pagar el costo político de una devaluación serán las PYMES? Todo parecería indicar que sí. El problema es que para que al país le vaya bien, se necesita que a todos nos vaya bien. Si un sector tan fundamental para la economía cae en la desgracia lo más probable es que la economía se vea arrastrada. Algún día entenderán las autoridades que, en este barco llamado Argentina, estamos todos.

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