Con el lema de "la era de oro" Donald Trump inauguró su segundo mandato, y el último, dando algunas definiciones sobre cómo seguirá la política económica de los Estados Unidos. ¿Cómo vivirá nuestro país está situación?
Martes 21 de enero de 2025, Mg. Yanina S. Lojo

Tras su asunción, el presidente Trump dio un discurso que permite ir delineando hacia donde irán las primeras decisiones que tomará su administración en relación a la economía y al comercio. A diferencia de lo que muchos esperaban, el anuncio de la suba de los aranceles no llegó en su primer día. Si se adelantó que se creará una oficina especial para recaudar los impuestos. ¿Volverá la guerra comercial con China? ¿Qué pasará con México y qué impacto podría tener en la economía? ¿Qué pasará con el petróleo? ¿Y el Canal de Panamá? ¿Y el acuerdo de libre comercio con Argentina avanzará?
Primero lo primero, los aranceles
Uno de los anuncios de campaña del presidente Trump fue que dentro de sus primeras medidas se ajustarían los aranceles que se aplican a las importaciones procedentes principalmente de China, México y Canadá. Aunque existía la posibilidad de un aumento generalizado, del que no se tiene detalle de cuál podría ser la magnitud. En el caso de China, se hablaba de un sobre cargo del 60%. Mientras que para México y Canadá sería del 25%.
Sin embargo, por el momento la medida no ha sido efectivizada y en el caso de China parece que podría haber novedades. La guerra comercial no fue positiva para ninguno de los dos actores y Trump estaría evaluando posibles estrategias. En primer lugar, analizando si las empresas chinas han llevado adelante competencia desleal. En segundo lugar, si el acuerdo firmado durante su presidencia para reducir los derechos fue incumplido y en qué magnitud. En su momento, y para dar fin a la situación, ambos países habían llegado a un entendimiento donde el gigante asiático se comprometía a realizar un determinado volumen de compra de productos estadounidenses. Ahora, la nueva Administración quiere saber qué paso con ese acuerdo, y cuál fue el nivel de cumplimiento.
Por otro lado, está la situación de México en el que tendría un fuerte impacto la decisión de subir los aranceles pero a ambos lados de la frontera. Tanto Canadá como México han celebrado un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos. Sin embargo, en el anterior gobierno de Trump se vieron afectados por la decisión de subir los aranceles de importación del aluminio y del acero, algo que se podría volver a dar en los próximos días.
¿Cómo podría llevarse adelante los cambios en materia arancelaria?
Este no es un punto menor, teniendo presente el nivel de impacto que tendría en la economía de los Estados Unidos y en el mundo. En primer lugar, hay versiones que indican que luego de un primer análisis la modificación de los aranceles sería progresiva y no de manera abrupta.
Por otro lado, hay quienes indican que los cambios serán inmediatos y bruscos. La pregunta sería, ¿Cómo lo haría? En principio se menciona como posibilidad recurrir a a Ley de Poderes Económicos de Emergencia Nacional. La misma permite que se puedan imponer medidas si considera que existe una amenaza inusual y extraordinaria.
Por otro lado, en 2018 mediante la Sección 232 estados unidos aplicó aranceles a la importación de aluminio (10%) y acero (25%) alegando que estaba en riesgo una industria fundamental para garantizar la seguridad de su propio país. En el caso de las medidas que se toman en el marco de la Ley de Poderes Económicos, es importante señalar que el Congreso puede dar marcha atrás con las mismas pero esto no sería un problema para un presidente que cuenta con amplia mayoría en ambas Cámaras.
En el caso de China, como mencionamos, se está evaluando si se ha cumplido con los acuerdos previos, y si hay competencia desleal a fin de determinar qué medidas se podrían tomar. Pero parecería que hoy hay más voluntad de negociación que durante la primera presidencia.
Pero, ¿Cómo impactaría en Estados Unidos está decisión?
Más allá de que el argumento principal es potenciar la industria nacional, la realidad es que México se consolido como el principal socio comercial representando casi el 20% de las compras que hace hoy Estados Unidos al exterior. Y la suba de aranceles no sólo afectaría a la economía mexicana sino también a la del país del norte. ¿Por qué? Porque produciría un fuerte aumento en los costos de muchos productos y en cadenas de producción. Inclusive en alimentos.
En el caso de México, el costo se vería traducido en el cierre de fábricas, pérdidas de empleo, debilidad de la moneda propia y una fuerte desaceleración económica. Pero para Estados Unidos, tampoco sería fácil, dado el alto nivel de integración de las cadenas productivas: se vería un aumento en el costo de autopartes, incluso de lo automóviles, productos electrónicos o textiles. También en alimentos que son directamente ingresados desde su socio comercial. Asimismo, podría verse en algunos casos afectado el abastecimiento o roturas en las cadenas de producción.
En este contexto, es clave que México evalúe cómo se ha relacionado y cómo continuará haciéndolo con el resto del mundo. El nivel de interdependencia con Estados Unidos lo ha puesto en una situación muy delicada, y quizás es el momento para empezar a abrirse y mirar otros mercados y otros socios comerciales.
Sin embargo, la decisión de avanzar con la suba de aranceles parece un hecho desde que ayer confirmó que la creación de una nueva oficina destinada a la recaudación impositiva denominada Servicio de Ingresos Externos.
La inflación, el mandato
Según indicó durante su discurso Trump les pidió a sus funcionarios que trabajarán para solucionar la cuestión de la inflación. El último dato marca que la misma se encuentra en el 2,9% (anual). La toma de alguna de las decisiones en materia de comercio exterior podría tener un impacto negativo. Por ejemplo, la suba de los aranceles de importación. Por otro lado, hubo otro anuncio de parte del presidente que podría ayudar a contrarrestar: incrementar la producción de petróleo.
Los cambios en materia energética
Donald Trump indicó que van a perforar a fin de extraer la mayor cantidad de petróleo y gas posible y de esa manera limitar las compras externas. Si bien se estima que en 2024 Estados Unidos fue el principal productor de petróleo del mundo, desplazando a Arabia Saudita, suele tener que importar para abastecer su demanda interna de crudo y derivados. Inclusive a fin de controlar el precio interno se han tomado decisiones con respecto a la exportación de gas.
Sin embargo, Trump no sólo anunció que se buscaría potenciar toda las explotación, sino que además eliminaría los cupos que las automotrices deben cumplir en la fabricación de automóviles eléctricos. Esto probablemente tenga un efecto en el precio internacional, dado que se incrementaría la oferta ya sea porque Estados Unidos puede proveer un mayor volumen o porque reduce sus compras. En este caso, habrá que ver cómo responde la OPEP quien podría decidir reducir la cantidad de barriles para sostener el precio.
Otro dato interesante es el comentario que dejo ayer Trump cuando le consultaron por Venezuela, donde dejo trascender que dentro de su estrategia evalúa dejar de comprarle petróleo. Será algo que esta por verse pero que producirá un efecto en el mundo no sólo económico sino también político.
En la economía local, es probable que estados petroleros como por ejemplo, Texas, sufran un impacto positivo donde se potencien la economía con crecimiento de empleo y desarrollo de nuevas actividades.
Al mismo tiempo, muchos se preguntan qué pasará con los precios del litio, principal componente de las baterías. Es esperable que este baje en el corto plazo, pero muchos analistas creen que el compromiso con el cambio climático hará que en el mediano y largo plazo siga siendo una de las inversiones del futuro. Pero en el mientras tanto los países del corredor del litio van a sufrir temporalmente.
¿Qué pasa con el Canal de Panamá?
Si bien el presidente Trump anunció su deseo de recuperar el control del mismo, esto no es posible dado que los Tratados Internacionales celebrados y ratificados por ambos Parlamentos no le dan a Estados Unidos ningún tipo de posibilidad. Solo una acción militar podría permitir dicha situación y ayer Trump dijo que no le interesaba que Estados Unidos participará de más conflictos. Por lo cual, este no parece ser el camino.
Los argumentos que esgrime el presidente en relación al Canal hablan de un incremento de la actividad de empresas chinas y el aumento de las tarifas. Esto ha afectado a todas las empresas por igual. En el caso de las empresas de origen asiático, muchas llevan ya décadas operando y no son las únicas empresas no panameñas. Por el contrario, en los últimos años ha crecido la actividad de firmas de distintas partes del mundo.
¿Qué pasará con la Argentina en este contexto?
En realidad aún es pronto que para definir qué podría pasar con nuestro país. Lo que si queda claro que la buena relación que en este momento parecieran tener ambas administración podría ser positivo en vistas de cerrar las negociaciones con el Fondo y además de potenciar el comercio entre ambos países. Pero más aún en la llegada de inversión directa. Según los datos del BCRA, Estados Unidos fue el principal inversor directo en el primer trimestre del 2024 - 19% -, pero tengamos presente que en la región no somos el primer destino. Y esta buena relación podría llevarnos a que los flujos se incrementen.
En el caso de las negociaciones con el FMI, los tiempos parecen haberse acelerado y una misión viaja a la Argentina. Faltarían ultimar los detalles pero se habría llegado a un acuerdo y solo restaría definir cuándo se anunciaría y cuánto sería el monto de los fondos a desembolsar.
En cuanto a la posibilidad de que comience una nueva guerra comercial, habrá que esperar y ver cómo realmente se desarrollan los hechos. Aún es pronto. Puede que en algunos casos podríamos vernos beneficiados como en el caso de que China necesite comprar más soja de otros proveedores internacionales. Por otro lado, puede ser que nos veamos perjudicados como si cae el precio del petróleo a nivel internacional o incluso el litio. También habrá que ver cómo evolucionan las monedas a nivel internacional mientras nuestro peso se mantienen estable.
También esta sobre la mesa la posibilidad de realizar un Acuerdo de Libre Comercio. Argentina ejerce la presidencia pro tempore del MERCOSUR y puede impulsar una iniciativa que probablemente resulte tentadora para todos los miembros.
Seguramente el mercado se va a mover a medida que Estados Unidos vaya tomando decisiones, y en el tablero internacional nuestro país tendrá que actuar. Pero lo más importante es que Argentina eligió un sendero y no tiene que perder su norte: salir al mundo para llevar los productos de nuestro país a todos lados.
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