Por segunda jornada los diferentes dólares que coexisten en nuestro país parecen haber dejado su largo sueño, y nos hacen preguntar ¿Hemos llegado al final de la tranquilidad cambiaria? ¿Se viene un nuevo salto?
Jueves 17 de noviembre de 2022, Mg. Yanina S. Lojo
Desde el martes, previo al anunció del dato inflacionario, las cotizaciones libres empezaron un camino ascendente que ayer se mantuvo. ¿Si todos los precios de la economía suben porque no lo iba a hacer el dólar? ¿Si el viceministro reconoció que van a devaluar porque el mercado no habría de reaccionar?
Las reservas y el dólar soja
En lo que va de este mes la pérdida de reservas del Banco Central está cercana a los USD 900 millones. Esta constituye la peor sangría de los últimos 26 meses. Las alarmas en el gobierno comienzan a sonar y preocupan a propios y ajenos. En particular si se tiene en cuenta que pronto llegará la revisión del FMI y para algunos analistas privados el nivel de reservas se ubica en los USD 4.384 millones. Lejos del objetivo establecido para el último trimestre del año. Es por eso, que el presidente se reunió con la titular del organismo para pedirle un poco de paciencia y la respuesta que recibió fue: “diciplina”. El organismo multilateral insiste con la reducción del déficit fiscal y poca consideración tendrá a las internas dentro de la coalición gobernante.
Ante este contexto, el viceministro de economía dejó transcender que se está evaluando que durante el mes de diciembre vuelva el “dólar soja” en un contexto donde las liquidaciones del agro han caído fuertemente y se espera que debido a la sequía el ingreso de dólares continúe a la baja. Se calcula que el nivel de operaciones está en un 60% por debajo de lo realizado en el mes de agosto. Mientras que en octubre las liquidaciones cayeron un 90% con respecto a septiembre. Y aún quedan en silobolsas unos USD 9.000 millones que representan aproximadamente unas 16,18 millones de toneladas.
A diferencia de lo que sucedió en septiembre, hoy los productores piden la unificación cambiaria. Es decir, quieren un tipo de cambio especial para todos los cultivos. Están por demás descontentos con el marco cambiario porque si bien podrían acceder a un dólar preferencial a la hora de exportar, cuando necesitan hacerse de los insumos se enfrentan a dos realidades: o no hay, o lo que consiguen está a precio de dólar blue o MEP.
La semana pasada se anunció un dólar diferencial para aquellas economías regionales que fueron afectadas por las inclemencias climáticas. La medida debería regir desde el 20 de noviembre hasta fin de año. Pero a tres días de su implementación aún no se sabe cuál será ese tipo de cambio preferencial.
Las declaraciones del viceministro
Cuando el martes el viceministro declaró que el gobierno va a devaluar, sólo quedaría definir cómo y cuándo, el mercado lo escuchó. También escuchó que de hacerse de la manera incorrecta terminaríamos en un Rodrigazo.
Devaluación y Rodrigazo son palabras que a nadie le gusta escuchar, y menos de la boca del viceministro de economía. Si bien, Rubinstein recurrió a ambas para tratar de justificar el congelamiento de precios y el cepo – porque si queremos hablar claro se trata de un cepo – a las importaciones, las declaraciones, aunque honestas, fueron un llamado de atención.
La política del BCRA ha sido de llevar adelante todos los meses un crawling peg donde el peso ha ido perdiendo valor a un ritmo que ha oscilado en el último tiempo en un 6% mensual. La posibilidad de un salto en el tipo de cambio preocupa fuertemente al mercado. Aquellos importadores que han tenido la suerte de recibir una SIRA cuya fecha de pago es en 60, 90 o 180 días empiezan a preocuparse: ¿Cómo vender la mercadería si no sé a cuánto la voy a pagar y menos cuándo y a cuánto la voy a poder reponer? No sería de extrañar que ante la imposibilidad de ingresar al mercado oficial muchos importadores recurran al MEP para hacerse de los dólares, y dado que tienen que esperar al menos 90 días para volver al MULC, si los plazos de su SIRA se lo permiten empiecen a hacerse de los dólares para no quedar descubierto ante un posible salto en el tipo de cambio.
El viceministro anunció que el presupuesto establece un tipo de cambio a diciembre de $270 mientras que el oficial ayer cerró a $161 para la compra y $169 para la venta, mientras que el divisa $162,27 para la compra y $162,47para la venta. Con respecto a ambas cotizaciones, el salto sería superior al 60%. Es decir, que acompañaría la inflación pronosticada por Economía para 2023. Sin embargo, el mercado de futuros está viendo el salto cambiario mucho antes. La realidad es que, la delicada situación de las reservas puede hacer que cualquier bache, cualquier inconveniente, cualquier turbulencia disparé las cotizaciones financieras y al ampliarse la brecha, la presión sobre el peso no resista y la devaluación llegue antes de diciembre de 2023. Más si tenemos en cuenta que se trata de un año electoral.
El Swap Chino
Desde el gobierno celebraron la ampliación del Swap con China que le permitiría sumar unos USD 5.000 millones, según fuentes oficiales habrían obtenido permiso para convertir los yuanes a dólares y utilizarlas para operar en el Mercado Libre de Cambios. Más allá que a la mayoría de los analistas les parece que los festejos son prematuros y la implementación está verde, en Economía insisten que en 30 días estaría ya operativo. Hay que recordar que el swap no deja de ser un préstamo y que, por lo tanto, tiene un costo. Al mercado la noticia no le resulto agradable, y la suma con otras que viene recibiendo en los últimos días como, por ejemplo, el congelamiento de precios.
Cae la demanda de pesos
Otra de las declaraciones de los últimos días del viceministro que llamo la atención fue el reconocimiento de que ha caído la demanda dinero, lo cual, definió como un riesgo de incremento del déficit. Todo lo contrario, a lo que el gobierno busca lograr.
En los últimos canjes, el Tesoro sólo logró que ingresaran el 61% de los títulos que podían hacerlo – donde los tenedores en su mayoría eran del sector público -, mostrando que los inversores han decidido no seguir postergando plazos.
El BCRA ha estado tratando de absorber la mayor cantidad de dinero posible, pero la inflación muestra que el dinero en mano de los consumidores “quema”, es decir, la gente tiene miedo de quedarse con los pesos y sale al mercado a comprar, lo que genera una presión adicional sobre los precios.
Por otro lado, los Fondos Comunes de Inversión están mostrando una conducta que muestra la desconfianza del mercado en la deuda en pesos, abandonando los títulos en el mediano y largo plazo, y tomando posiciones en corto o simplemente abandonando directamente los bonos para recurrir a otros activos financieros.
Si todo sube por qué no debería subir el dólar
Mientras que la inflación sigue creciendo, la desconfianza en el peso y la deuda asumida por el Estado en esta moneda aumenta. Mientras que el INDEC anuncia una inflación del 6,3% los consumidores sienten que la presión es mucho mayor, y que el dinero se les escurre por las manos. Ante la estabilidad que el dólar venía mostrando en este último tiempo, era esperable que muchos inversores volvieran al dólar, aunque no este rindiendo con relación a la inflación. La apuesta es otra: el mercado está comenzando a descontar la devaluación, el problema es que nadie sabe de cuánto podría ser y se corre el riesgo de un over shuting donde las expectativas superen a lo que realmente la economía necesitaría.
Si la gente no quiere el peso, los excesos se destinan a la compra de productos y esto empieza a generar mayor presión sobre el peso, aumentando la inercia inflacionaria. El dólar no deja de ser un bien, y en este momento comienza a ser más atractivo, y si todos los bienes suben era esperable que comenzará a subir. No sabíamos exactamente cuándo iba a suceder, bueno … parece que el momento es ahora.
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