La mayoría de los analistas coinciden en informar que la inflación muestra una fuerte desaceleración en abril, lo cual permitiría que el INDEC informé un IPC menor que el de marzo. Pero hay otras cuestiones que hay que mirar.
Lunes 22 de abril de 2024, Mg. Yanina S. Lojo
Mientras que en el gobierno se entusiasman con las proyecciones del dato de inflación del mes de abril, los analistas privados coinciden en que habría desaceleración, aunque empiezan a levantar la mano con respecto a los datos de actividad, y la posibilidad de que el superávit fiscal pueda sostenerse en este contexto.
¿Cuál es el número mágico que espera el gobierno?
Según fuentes oficiales, habría mucho entusiasmo en el gobierno con respecto al número que podría informar el INDEC el mes próximo. Cuando se proyectan los datos hasta ahora recabados, la inflación de abril podría no sólo ser menor a 10% sino que se habla de un 7%.
Obviamente, esta cifra sería muy celebrada en la Administración nacional porque en apenas 5 meses habrían logrado pasar de un 25% a perforar el 10%. Sin embargo, no solo hay que esperar los datos oficiales sino también tener en cuenta que el gobierno no sólo congelo los ajustes en el precio de la tarifa del transporte público en el mes de abril y mayo; demoró el ajuste de la tarifa del gas que debía haberse aplicado para el próximo periodo.
Por otro lado, y no considerando lo que sucedió con las prepagas, se confirmó que un laboratorio decidió congelar el precio de algunos medicamentos por treinta días para ayudar a mitigar el fuerte aumento en los costos de la atención médica. También ya hubo algunas cadenas de supermercados o primeras marcas de algunos productos que también asumieron compromisos de mantener precios durante un periodo de tiempo como hemos visto en diferentes publicidades.
¿Qué están esperando los privados?
Los datos del último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) publicados a mitad del mes de abril estimaba una inflación para el mes de abril del 12% en promedio.
Sin embargo, ya hubo algunas consultoras privadas que dieron a conocer sus primeras estimaciones. Por ejemplo, la Fundación Libertad y Progreso estima que el dato podría estar cerca del 9,5% afirmando que sería “la primera variación de un dígito desde octubre de 2023″. Esta desaceleración estaría sustentada sobre una fuerte contracción en el ajuste de precios de los alimentos en marzo y principios de abril.
Por otro lado, Econviews, se mantiene en el 10% porque cree que los aumentos de tarifas y servicios haría que la desaceleración no fuera tan fuerte como esperan en el gobierno. En el caso de la consultora de Orlando Ferreres, la inflación será de entre 10 y 11% en función de cómo se mida el impacto de la suba en las tarifas de gas y de agua.
Desde Eco Go, estiman que el IPC de abril podría ubicarse en el 8,9%, dado que el ajuste de precios en alimentos se proyectaría en 6%.
¿Qué pasa con la actividad privada?
No es secreto que la recesión golpea fuerte a la economía argentina. Mañana el INDEC dará a conocer el dato de la Actividad Económica y se espera que muestre los signos de la recesión que golpean en general a todos los sectores económicos.
Este fin de semana la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) informó que, según las estimaciones realizadas por este organismo, la actividad del sector manufacturero PYME cayó un 11,9%.
En el primer trimestre del año, la producción industrial acumuló una baja del 19,1% en comparación con el mismo período de 2023. Es el cuarto mes consecutivo que la actividad muestra un retroceso. Cuando la serie de datos se desestacionaliza, la caída es del 3,4%.
Según esta misma institución, las empresas relevadas operaron en marzo con 70% de su capacidad instalada, mostrando una caída de 0,8 puntos porcentuales frente a febrero.
En cuanto al tema stock, la CAME informa que hay sectores con niveles altos de stock que evalúan continuar produciendo o eventualmente reducir el personal y hacer una nueva parada. Es importante remarcar que un 25,3% señaló que siguen teniendo problemas para reponer stocks.
Mientras que la cuestión precios, en el contexto de la inflación, las industrias consultadas por la CAME destacaron que los precios estuvieron más estables.
El INDEC publicó los datos de actividad fabril a febrero y muestran que, la utilización de la capacidad instalada en la industria se ubica en 57,6%, nivel inferior al del mismo mes de 2023, que fue de 65,0%
Las alarmas que se encienden
Muchos economistas en los últimos días han remarcado que la profunda caída en la actividad no debe ser pasada por alto. Más allá que desde el gobierno tienen en claro que este proceso se está dando y que se iba a pronunciar durante los primeros meses del 2024. Lo que buscan señalar es que, si la recesión se profundiza, esto puede poner en riesgo el objetivo del déficit fiscal cero, y más aún el superávit. ¿Por qué? Porque la caída en la actividad es acompañada con la caída en la recaudación.
Hoy una de las principales fuentes de recaudación del Estado es el Impuesto País, que logro mitigar la fuerte caída en los ingresos del resto de los impuestos. Sin embargo, las importaciones cayeron estrepitosamente en marzo – 36.7% -, y es una tendencia que podría mantenerse. Es uno de los motivos que hace dudar sobre la posibilidad de que este gravamen se elimine en el corto plazo. Aunque la pregunta que muchos se hacen es: ¿qué sentido tendría el impuesto si se levanta el cepo? Pero la mayoría de los analistas ven la salida del cepo como algo gradual, mediante un proceso paulatino de flexibilizaciones que una medida que se implementaría de un día para el otro, por lo que el Impuesto País tranquilamente podría quedarse en todo 2024. Algo que para los importadores claramente no es una buena noticia.
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